Plaça Ramon Llull en Manacor con flores y notas en recuerdo de las víctimas

Doble homicidio en Manacor: cuando la psicosis y la ley chocan

👁 3742✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

El caso del presunto autor, que en abril en Manacor mató a su madre y a su hermano, está siendo reevaluado: la fiscalía y los peritos consideran que padecía una grave enfermedad psicótica. ¿Qué significa esto para las víctimas, el vecindario y el sistema de salud en Mallorca?

Cuando la violencia llegó a Manacor

En abril de 2024 cambió para muchas personas en Manacor un rincón conocido de la ciudad. En la Plaça Ramon Llull, donde por la mañana se reúnen vendedora y jubilados, más tarde llegaron policías, grúas y después las flores: pequeños ramos, notas con nombres, conversaciones contenidas. Primero murió la madre de 82 años, días después su hijo: víctimas de un suceso que aún hoy supone un choque para la localidad. Testigos describieron una escena caótica, agentes resultaron heridos y el vecindario escuchó las sirenas durante más tiempo de lo habitual.

La pregunta central que persiste

La fiscalía informa ahora que el acusado habría estado inimputable en el momento de los hechos, consecuencia de un fuerte brote psicótico. Eso plantea la cuestión central: ¿cómo concilian la responsabilidad penal con la necesidad de proteger a la sociedad y de garantizar la atención médica de una persona con enfermedad mental? Ese trazado de límites preocupa por igual a jueces, médicos y a la vecina de la Plaça.

Lo que pide la fiscalía — y por qué

La fiscalía y sus representantes no abogan por una prisión convencional, sino por una internación psiquiátrica cerrada y permanente; en sus peticiones se mencionan plazos de décadas. Además solicitan una indemnización de 50.000 euros para la hermana superviviente de las víctimas. A primera vista, estas medidas parecen duras —pero no se trata solo de castigo, sino de prevención del peligro y de tratamiento. En casos en que los informes médicos acreditan un riesgo agudo por una enfermedad psicótica, la cuestión de la prevención y de las medidas de seguridad pasa a primer plano.

Aspectos que a menudo quedan fuera del debate

Lo que rara vez queda claro en las discusiones públicas es que no se trata solo de casos aislados, sino de los puntos de contacto entre la atención sanitaria, los servicios sociales y la justicia. Tres aspectos cobran especial relevancia:

1. Sistemas de alerta temprana y ayuda accesible: En una ciudad como Manacor, donde las relaciones vecinales son estrechas, los servicios locales más potentes podrían contener las crisis desde el inicio. ¿Quién nota las primeras tendencias al aislamiento, los cambios en el sueño o en la alimentación? A menudo faltan vías claras para que los familiares puedan organizar ayuda profesional de forma rápida.

2. Capacidades forenses y presión temporal: Los informes médicos periciales son clave, pero suelen tardar. Las demoras afectan a las familias y dificultan una resolución judicial rápida. Más recursos para las unidades periciales serían una inversión sensata.

3. Policía e intervención en crisis: Las fuerzas de intervención en primera línea necesitan formación específica para actuar de forma desescaladora en situaciones de emergencia mental. Los policías heridos aquel abril demuestran lo rápido que un despliegue puede escalar cuando la enfermedad mental no se identifica como problema central.

Oportunidades concretas y propuestas de solución

La valoración jurídica del autor es importante —pero igualmente esenciales son medidas concretas para evitar que algo así vuelva a ocurrir. Propuestas realistas para Manacor:

• Ampliación de equipos móviles de crisis en el municipio, que puedan responder en pocas horas ante signos de una crisis psíquica aguda. Equipos móviles formados por psiquiatras, trabajadores sociales y policías capacitados podrían ofrecer desescalada y atención inmediata.

• Puntos de acceso de bajo umbral en los barrios: servicios de asesoramiento, consultas sin cita en centros comunitarios o farmacias, jornadas informativas en la Plaça —para que las señales de alarma sean visibles antes.

• Agilización de las pericias forense-psiquiátricas con más especialistas, para descargar a los tribunales y ofrecer a las familias una resolución más rápida.

• Apoyo a familiares: Acompañamiento en el duelo, asesoramiento legal y ayudas económicas para los afectados deben formar parte del proceso y no ser una consideración posterior.

La ciudad sigue afectada

En la Plaça una mujer mayor explica en voz baja: «El panadero abre, huele a café, y sin embargo hay algo distinto en el aire». Las campanas de la iglesia cercana, el murmullo de los puestos del mercado, el ruido de los scooters —la vida continúa, pero la gente habla distinto del vecino y mira con más atención. Las autoridades piden calma y señalan los servicios de ayuda; muchos reclaman, sin embargo, que la prevención no sea solo una frase en un comunicado de prensa.

Cómo seguirá

En las próximas sesiones el tribunal deberá valorar si la inimputabilidad fue aplicable en el momento de los hechos y qué consecuencias se derivan. Los informes médicos serán determinantes. Para los familiares la situación sigue siendo compleja: duelo, rabia, preguntas y una necesidad de seguridad se entremezclan.

El desafío concreto para Manacor es interpretar lo sucedido como una señal de aviso: no solo decidir jurídicamente, sino actuar a nivel local. Entre las flores en el lugar del suceso y los artículos del código están las personas que necesitan ayuda profesional —y una comunidad que puede aprender a mirar antes.

Si usted o alguien de su entorno necesita atención psiquiátrica urgente: acuda inmediatamente a los servicios de urgencia médica o a los centros de asesoramiento locales.

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