Carretera con ramas y salpicaduras tras la tormenta nocturna en la Serra de Tramuntana

Vendaval del norte y frente frío: ¿Están las carreteras y senderos de Mallorca preparados para el cambio invernal?

👁 5421✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

Fuerte viento del norte, granizo, una tromba marina en Deià y nieve en las montañas: un vuelco nocturno del tiempo pone a prueba la isla. ¿Está la infraestructura lista?

Tormenta nocturna y café de la mañana: Mallorca muestra su lado caprichoso

Hacia las 03:00 de la madrugada la isla experimentó lo rápido que de una cálida tarde de noviembre puede convertirse en un soplo frío y pesado. Un potente frente frío cruzó la Serra de Tramuntana, gruesas nubes azulnegras se desplazaron por el horizonte, y de vez en cuando fuertes lluvias cayeron sobre lugares como Sóller y Bunyola. En la Plaça Major una racha arrancó una valla de carteles suelta con tal violencia que un hombre mayor que esperaba el autobús se detuvo y se echó a reír — ese sonido entre sobresalto y alivio ya forma parte de los pequeños, auténticos momentos mallorquines.

Lo que vimos: viento, granizo, nieve y una tromba marina

Las rachas alcanzaron en los valles y en la costa picos de hasta 90 km/h. En Deià los vecinos observaron una breve y llamativa tromba marina en el mar — por un instante la cala pareció sacada de un documental de la naturaleza. En la llanura cayeron pequeños granizos; en la carretera entre Sóller y Palma los coches quedaron momentáneamente blanqueados, como si alguien hubiera usado un salero a mano alzada. En cotas más altas de Sóller, Bunyola y Escorca cayeron los primeros copos, a veces por encima de los 600–800 metros.

La cuestión central: ¿estamos preparados para estos episodios?

El servicio meteorológico ha emitido un aviso de nivel amarillo: hasta la noche del viernes al sábado hay alertas por precipitaciones y vientos fuertes. El límite de nieve descendió hasta unos 700 metros y podría bajar hasta alrededor de 500 metros para el sábado. Esto plantea la pregunta principal: ¿qué tan preparada está la infraestructura de Mallorca ante estos rápidos cambios de temperatura y viento, sobre todo fuera de las zonas densamente pobladas?

En resumen: destacan dos cosas. Primero, las carreteras secundarias en la Tramuntana suelen ser estrechas, con arcenes sin protección y, en ocasiones, con árboles muy pegados al borde de la calzada. Si los vientos fuertes debilitan árboles o las lluvias taponan desagües, los cortes y las complicaciones aparecen con rapidez. Segundo, llama la atención que la información de avisos llega de forma desigual a residentes y, sobre todo, a turistas — una comunicación multilingüe y temprana podría reducir esperas y decisiones peligrosas.

Puntos débiles concretos — y qué hacer

Algunas observaciones de la noche y la mañana muestran dónde hace falta actuar: conductos de desagüe obstruidos, carteles y paneles sueltos que pueden convertirse en proyectiles peligrosos, y paseos marítimos sin protección donde la salpicadura, empujada por el viento norte, inunda zonas peatonales. Los equipos municipales están en marcha — revisan árboles y visibilidades —, pero muchas veces actúan como reacción en lugar de prevención.

Propuestas que no deberían quedarse en papel: poda y mantenimiento regular de árboles y copas a lo largo de ejes viarios importantes; comprobación de la infraestructura de drenaje antes de la temporada de lluvias; existencia permanente de sal y sacos de arena para situaciones rápidas de barro y hielo; y un sistema de avisos multilingüe y automatizado (SMS/push) para residentes y huéspedes registrados. También podrían almacenarse con antelación señales de cierre temporales y barreras móviles en valles críticos para que estén listas al llegar una tormenta.

Turismo, planes de fin de semana y comercios locales

Para el fin de semana la previsión trae un respiro: el viernes se mantendrá fresco con máximas en torno a 14 °C, el sábado similar, pero el domingo localmente podrían volver a alcanzarse cerca de 20 °C — muchos cafés en Palma parecen estar considerando sacar otra vez las mesas a la calle. El vaivén entre mal tiempo y breves fases de buen tiempo es típico de esta época del año y a veces desconcierta a excursionistas y pequeños comercios.

En la práctica esto significa: quienes salgan a la Tramuntana deberían contar con hielo o barro por la mañana y llevar calzado adecuado o cadenas para la nieve. Propietarios y hoteles harían bien en ajustar la información sobre actividades a corto plazo e informar a sus huéspedes sobre posibles cierres — un simple correo por la mañana puede evitar muchos problemas.

Un trozo de cotidiano: olores, sonidos y pequeñas esperanzas

Quien caminó por Palma a primera hora reconoce la mezcla: empedrados mojados, el olor a resina de pino húmeda en la sierra, el siseo de las cafeteras expreso y el griterío de gaviotas sobre el Passeig. Estos días muestran cuánto marca el tiempo nuestro ritmo — y al mismo tiempo, lo rápido que la isla se recupera. Ya el domingo el sol podría secar partes de la isla, antes de que nuevos frentes de lluvia lleguen entre el martes y el miércoles y vuelvan a poner nerviosa a la gente.

Mi consejo: una chaqueta caliente, buen calzado — y un poco de paciencia. La isla tiene experiencia con caprichos meteorológicos. Si les hacemos frente con algo más de preparación y medidas prácticas y claras, las horas desagradables seguirán existiendo, pero sus consecuencias serán menos dolorosas. Y esa es una esperanza, bastante realista, para Mallorca.

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