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Llubí establece límites para mascotas: los gatos deben ser castrados

Llubí establece límites para mascotas: los gatos deben ser castrados

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El municipio de Llubí, en el centro de la isla, ha aprobado una nueva ordenanza de protección animal: máximo tres mascotas en apartamentos, cinco en viviendas unifamiliares y obligatoriedad de castración para gatos que deambulan libremente. En caso de infracciones pueden imponerse multas de hasta 3.000 euros.

Nuevas reglas de protección animal en Llubí: Menos animales callejeros, límites más claros

Se nota en el pueblo: en la plaza frente a la iglesia desde julio se habla con más frecuencia sobre perros, gatos y vecinos enfadados. Llubí, un tranquilo pueblo en el centro de la isla, ahora ha establecido oficialmente el límite de mascotas permitidas por hogar y ha aprobado varias medidas para gatos que vagan libremente. La ordenanza fue aprobada por el ayuntamiento local y publicada recientemente en el Boletín Oficial de las Baleares (BOIB).

Qué cambia

En viviendas del centro se permiten a partir de ahora como máximo tres mascotas, incluyendo perros, gatos y animales similares. Quien viva en una casa unifamiliar independiente podrá tener hasta cinco mascotas. El municipio se reserva el derecho de considerar excepciones según el espacio habitable y la situación vecinal.

Otra novedad que muchos notarán: los gatos con libertad de movimiento deben estar castrados o esterilizados. El objetivo es reducir lentamente la cantidad de animales sin dueño. Para ello Llubí planea un programa basado en el principio capturar, castrar, liberar (TNR), que será organizado por el municipio y voluntarios reconocidos.

Protección, prohibiciones y sanciones

La eutanasia de gatos callejeros está expresamente prohibida, excepto en el caso de una necesidad veterinaria evidente. Los animales pueden incautarse en casos excepcionales; además se pueden imponer multas de hasta 3.000 euros por infracciones graves. En casos menos graves, la normativa también contempla alternativas como trabajo voluntario o formaciones obligatorias en protección animal.

Además, el ayuntamiento no ha permitido ciertos lugares para animales: parques infantiles y balcones o terrazas pequeños (menos de 50 metros cuadrados) deben permanecer libres de animales. La comunidad lo justifica por motivos de higiene, ruido y seguridad, especialmente cuando hay más ruido por perros que ladran por la noche o colonias de gatos descontroladas en la plaza.

Lo que dicen los vecinos

Algunos residentes saludan las reglas claras; otros ven burocracia y temen controles en la puerta. El reconocimiento y la colaboración con voluntarios que cuidan colonias de gatos es visto por todos como un punto positivo. Al final, como se escucha a menudo en el mercado semanal a las nueve, para muchos se trata simplemente de una convivencia respetuosa: suficiente espacio, calles limpias y que los animales no sufran.

Quien viva en Llubí o tenga una casa aquí debería leer la normativa y comprobar si su número de mascotas cumple con las nuevas pautas; si no, quizás pasar por la administración municipal antes de que el próximo paseo vespertino por la plaza se convierta en tema de conversación.

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