Más de 8.500 participantes de alrededor de 70 países corrieron esta mañana por Palma, desde el paseo marítimo hasta la Plaça de España. Un soleado día de otoño, voluntarios alegres y una ajustada llegada marcaron la carrera.
TUI Palma Marathon: Palma respiró deporte esta mañana
El domingo por la mañana Palma se sintió distinta: menos bocinas y más pasos de carrera. Más de 8.500 corredores y corredoras de casi 70 naciones se distribuyeron entre la maratón, la media maratón y la prueba de 10 kilómetros. La ciudad estuvo en movimiento durante unas horas, el mar brillaba y el paseo olía a sal y a churros calientes.
La carrera y la victoria ajustada
En la maratón se impuso Thomas Kühlmann, que cruzó la línea de meta en 2:31:48. Durante mucho tiempo corrió codo con codo con René Menzel, hasta que logró una pequeña pero decisiva ventaja. Las marcas de la élite pueden no parecer espectaculares en los calendarios internacionales, pero aquí en Palma hubo otros factores decisivos: el trazado por el casco antiguo, el viento en contra en el Paseo Marítimo y los espectadores que animaban en la Avinguda Argentina. Para muchos participantes el tiempo fue secundario: lo importante fue la sensación de correr por las calles de la capital insular en un soleado día de otoño.
Ambiente, voluntarios y pequeñas anécdotas
Estaba sobre las 9:15 en el Paseo Marítimo. Las cafeterías aún tenían mesas libres, pero las máquinas de café ya trabajaban; detrás del paseo se oía el lejano traqueteo de los barcos de pescadores. Los voluntarios repartían vasos de agua con amabilidad experimentada, el personal sanitario con chalecos llamativos patrullaba, y en varias esquinas actuaron bandas locales: desde flautas callejeras hasta formaciones de metales. Niños con corazones de papel en las vallas gritaban los nombres de los corredores, a veces simplemente "¡Vamos!", y algunos vecinos mayores aplaudían desde sus balcones marcando el ritmo.
Quedaron pequeñas historias: una corredora que perdió su teléfono poco antes de la meta y lo recuperó riendo cinco metros más adelante; una pareja que se citó en la prueba y cruzó la meta junta; voluntarios que esperaban con mantas y electrolitos cuando el sol se volvió sorprendentemente cálido. Escenas así convierten la maratón en una fiesta de barrio, no solo en una competición deportiva.
Tráfico, repercusiones para los residentes y consejos prácticos
Quienes se desplazaron por Palma hoy tuvieron que planificar: el Paseo Marítimo estuvo completamente cortado hasta las 13:00, y tramos puntuales permanecieron bloqueados hasta las 17:00. Las líneas de autobús municipales (EMT) fueron desviadas y muchos desplazamientos se realizaron por la Ma-20 para evitar el centro. Alrededor de la Plaça de España y la Avinguda Argentina se produjeron retrasos. Para los negocios del centro esto supuso: entregas más tardías y algunos restaurantes llenos antes de lo habitual por las personas que preferían ver el evento.
De cara a próximas ediciones sería deseable personalizar aún más la comunicación con los vecinos: avisos tempranos sobre plazas de aparcamiento reducidas, áreas de carga y descarga alternativas y pasos señalizados para peatones mayores serían de gran ayuda. El ayuntamiento y los organizadores mostraron experiencia, pero pequeñas mejoras podrían hacer el desarrollo del día más relajado para todos.
Por qué Palma sale ganando
Una maratón así aporta beneficios más allá del deporte. Comercios y cafeterías locales se benefician del flujo de espectadores, los hoteles registran mayor ocupación y la imagen de Palma como destino para todo el año se refuerza. Especialmente fuera de la temporada alta, eventos de este tipo son un latido silencioso para la economía insular, y fomentan el encuentro entre turistas, residentes y locales. Cuando en una mañana de domingo las campanas de las iglesias suenan entre las zancadas, se nota claramente: Palma vive.
Conclusión
Una gran fiesta deportiva dejó hoy caras alegres, piernas cansadas y algunos planes del día alterados. Palma demostró que sabe organizar eventos de este tipo, con muchos voluntarios, un equipo sanitario entregado y un ambiente contagioso. Quienes no participaron hoy deberían apuntarse el próximo TUI Palma Marathon: el recorrido es bonito, los espectadores son cálidos y los churros saben aún mejor después de la carrera.
Consejo al margen: Si mañana tiene que ir a la ciudad, planifique unos minutos extra y tómese un café en una de las cafeterías abiertas del Passeig. Levanta el ánimo y ayuda a recuperar el calor en las piernas.
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