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La playa de Port de Pollenca, un largo arenal enclavado en el corazón del norte de Mallorca, es un testimonio de esplendor natural y ocio tranquilo. Esta joya costera, con su suave curva alrededor del Puerto de Pollensa, ofrece una tranquila escapada del ajetreo cotidiano. Las arenas bañadas por el sol y las aguas azules crean el escenario para un retiro idílico en el que el tiempo parece ralentizarse.

Más allá de su pintoresco paisaje, la playa del Port de Pollenca es un mosaico de actividades culturales y recreativas. Aquí, la suave brisa mediterránea susurra historias de antiguos navegantes y se hace eco de las risas de familias que disfrutan de su tiempo juntos. Es un lugar donde cada momento es una postal esperando a suceder, invitando a los visitantes a crear recuerdos que duran toda la vida.