Cuando piensa en Palma de Mallorca, es posible que se le venga a la cabeza el emblemático Passeig del Born. Es la franja magnética que invariablemente le atrae cuando pasea por el bullicioso centro de la ciudad. Todo el mundo suele empezar su recorrido por la grandeza de la catedral, que corona el casco antiguo de Palma. Es un lugar sensacional para empaparse de la esencia de Palma de Mallorca y sumergirse en ese ambiente mallorquín inicial. Sin embargo, la famosa Catedral de la Seu es una atracción que rebosa de turistas, especialmente durante los meses de verano. Así que, para los que anhelan un ambiente más tranquilo, recomiendo encarecidamente el encantador barrio de Santa Catalina, la joya más reciente de Palma de Mallorca.
