Insta

Antaño, Portixol, enclavado en el corazón de Palma, era un pintoresco refugio de pescadores. Hoy, se ha transformado en un animado centro neurálgico, bellamente entretejido por el emblemático Paseo Marítimo. Un fin de semana cualquiera, el ambiente está cargado de emoción. Los restaurantes, con sus acogedoras terrazas, son la principal atracción, repletos de clientes atraídos tanto por el ambiente como por la cocina.

Si hay algo a lo que Portixol no escatima esfuerzos es a ofrecer un festín para los sentidos. Desde las capturas más frescas del mar hasta los manjares tradicionales españoles, cada rincón promete una delicia culinaria. Los locales más sofisticados ofrecen experiencias gourmet, mientras que las tabernas españolas de toda la vida sirven los platos locales favoritos. Y si lo que le apetece es tomar un cóctel con vistas al mar, los modernos beach clubs de Portixol se lo ponen fácil.