Restaurante VORO: Una sinfonía de sabores

El chef Álvaro Salazar es un nombre muy conocido en Mallorca, ya que ha trabajado duro para asegurarse dos estrellas Michelin para 2021/22. Y es este empuje y pasión, combinados con la experiencia y el encanto del maître, Mario, lo que hace que cenar en Voro sea memorable. https://vororestaurant.com/

La discreta decoración del restaurante es inesperada para tratarse de un establecimiento de alta gama, pero pronto se hace evidente que en Voro nada se hace por casualidad. Mario y su experta sumiller, Cecilia, se presentan y nos explican la experiencia gastronómica de la noche. Múltiples platos maridados con vinos mallorquines locales seleccionados por la propia Cecilia. Con grandes expectativas, comienza nuestro viaje sinfónico a través del menú degustación de Álvaro...

Llega nuestra introducción al menú, un giro inteligente de los "huevos rotos" mallorquines: patatas crujientes, bogavante, pimientos verdes cubiertos con un huevo de codorniz y servidos con un rico caldo terroso de bogavante. La combinación de sabores y texturas y la acidez del vino espumoso se complementan a la perfección.

A continuación llega un peculiar plato compuesto por caldo de pato envuelto en un merengue de maíz seco, salpimentado con cinco especias chinas y servido sobre un lecho de especias secas que aromatizan este delicado plato. Presentado en forma de pato, subraya a la perfección que la comida de Álvaro es la protagonista en este restaurante y demuestra que la decoración minimalista no es más que un lienzo sobre el que la comida es el arte.

Tras un cambio de vino, aparecieron algunos platos más pequeños pero presentados con maestría que jugaban con la textura, la temperatura y el color. Un tartar de ternera servido en una rama de apio con una holandesa de tuétano, que ofrecía un contraste inesperado pero bienvenido, y un Ochio de pollo al vapor con trufa, sabroso aunque algo pesado.

Y ahora el estribillo... pescado Mere asado que simplemente se deshacía en una salsa de 'gazpachuelo' con guisantes seguido de un trozo de ternera hojaldrada y suave con tres remolachas: jus de remolacha, virutas de remolacha y pan de remolacha. ¿El resultado? Un trozo de carne perfectamente cocinado que provocó nuestras papilas gustativas con la variedad de sensaciones ácidas, suaves y dulces.

Nuestro limpiador de paladar tras este viaje de sabores fue un sorbete de naranja con pomelo, quinoa crujiente y chile que puede que sólo sea adecuado para aquellos de nosotros a los que nos gusta el picante. Para los más golosos, el último plato fue una "Torrija de sela", un suave brioche con noisette y galangal (un ardiente primo de la familia del jengibre), fantásticamente rico, cremoso y goloso.

En Voro, Álvaro y su equipo consiguen llevarle a una montaña rusa de sabores diferentes con su menú, intercalando platos llenos de sabor con otros delicados pero complejos. La elección de los vinos por parte del sumiller es decisiva para el éxito de cada plato y la personalidad exuberante y la pasión de Mario brillan en su interacción con los comensales. Un seguro aspirante a otra codiciada estrella, esperamos ver a Álvaro y al equipo de Voro crecer con fuerza.