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Imagínese tumbado en un mullido sillón reclinable, con el cálido sol mallorquín bronceando su piel, o encontrando consuelo a la sombra de un grupo de pinos. Imagínese una botella de Moët enfriándose junto a la piscina mientras se sumerge en el agua fresca y burbujeante, o mezclando menta fresca para un mojito, con la arena entre los dedos de los pies mientras contempla la brillante bahía. Esta es la experiencia Zhero Boathouse, el momento perfecto en un club de playa.