Nadia Ferres: Una historia de éxito culinario en Mallorca

Hay historias que hacen que te detengas, y el recorrido de Nadia Ferres es una de ellas. Criada en el campo, desde joven comenzó a ver la cocina como su escenario. A los 19 años inició su primer proyecto gastronómico en Portixol y más tarde se animó a abrir su primer restaurante, NOLA, en Santa Catalina. Hoy dirige dos locales exitosos y es un símbolo de determinación y pasión en la isla. Su historia habla del amor por la comida, del coraje para cambiar y de las raíces en la tradición familiar.

NOLA – Un pedacito de Nueva Orleans en Santa Catalina

Ubicado en el corazón del vibrante Santa Catalina, NOLA es un restaurante cuya atmósfera conquista al instante. Inspirada por un viaje a Nueva Orleans, la propietaria Nadia trae aquí el alma de esa ciudad a Mallorca. Desde costillas ahumadas hasta sonidos de jazz, todo recuerda a la metrópoli sureña. Las raciones abundantes y el ambiente relajado son especialmente populares: un lugar para encontrarse con amigos y disfrutar de la vida.

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Cocinar como filosofía de vida

Para Nadia Ferres la comida es más que nutrición: es una forma de reunir a las personas y contar historias. Sus menús están marcados por ingredientes frescos de la región y un enfoque sostenible. Con su marido Simon no solo diseña creativamente los restaurantes, sino que también vive su convicción de una vida consciente.

De Hamburgo a Mallorca: el valiente paso hacia la gastronomía

Nadia comenzó su carrera con una pequeña cafetería en Portixol durante sus estudios en Hamburgo. Cada vuelo entre Alemania y Mallorca fue una muestra de su dedicación a su visión. Cuando finalmente terminó sus estudios, decidió entregarse por completo a su pasión, a pesar de todos los desafíos del sector de la restauración.

Familia y comunidad: la base de su éxito

La madre de Nadia desempeña un papel central en su historia: desde la inspiración con recetas tradicionales hasta los famosos pasteles veganos que ofrecen sus restaurantes. También Simon, el marido de Nadia, aporta sus habilidades creativas como carpintero y otorga a los locales un encanto único.