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Los autobuses de TIB reciben anuncios automáticos de paradas: más orientación para todos

Los autobuses de TIB reciben anuncios automáticos de paradas: más orientación para todos

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Los autobuses interurbanos (TIB) en Mallorca están siendo actualizados: nuevos sistemas de altavoces con anuncios automáticos para facilitar a las personas con discapacidad visual subir y bajar.

Más orientación en el autobús: anuncios en lugar de conjeturas

A media mañana en la Plaça d’Espanya: la línea 321 avanza, el conductor Manuel pulsa en una pequeña pantalla y sonríe. "Ahora se escucha qué parada viene. Para algunos pasajeros es una verdadera diferencia", dice. Lo que parece una trivialidad es parte de una remodelación mayor: los autobuses interurbanos de TIB están equipándose con nuevos sistemas de altavoces con avisos automáticos de paradas.

Por qué es importante

Especialmente en rutas como Palma–Inca o hacia la carretera de Sóller, cuando hace viento temprano y las personas en la cubierta superior apenas pueden ver, ayuda una voz clara en el autobús. Los anuncios indican la próxima parada, las conexiones importantes y, si es necesario, consejos sobre la accesibilidad. Ya más de la mitad de la flota tiene ya los nuevos altavoces; según el gobierno, para fin de año todos los autobuses habrán sido renovados.

Ayer viajé en la línea 324 cuenta Carmen, que tiene discapacidad visual. La indicación me mostró cuándo debo bajarme. Me siento más segura. Este tipo de retroalimentación también fue escuchada por técnicos que durante semanas trabajan en los depósitos ajustando consolas de control y altavoces.

Mejoras concretas y preguntas abiertas

Los sistemas funcionan automáticamente y están conectados con GPS. Es decir: ya no hay anuncios manuales, menos fuentes de error, volumen constante. Los conductores de autobús señalan que la rutina cambia así: menos anuncios precipitados, más concentración en la carretera.

Queda por esclarecer cuán bien funcionará el lenguaje en paradas rurales con nombres similares. Algunos viajeros mayores también desean una velocidad de habla más lenta o señales visuales adicionales en las paradas.

La medida requiere tiempo y dinero, pero para muchos pasajeros es una ganancia en autonomía. Al final de una mañana en la Plaça d’Espanya queda un pensamiento simple: cuando el autobús habla, la isla se siente un poco más accesible.

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