Fachada de la cafetería cerrada en la entrada del centro deportivo de Muro

500 euros de arrendamiento para el bar deportivo en Muro: ¿pero quién asume el riesgo laboral?

👁 3240✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

La pequeña cafetería en la Plaça de l’Esport se ofrece por un arrendamiento simbólico de 500 euros al año, pero la obligación de hacerse cargo de un empleado con baja de larga duración convierte la oferta en algo inviable para muchos. ¿Qué opciones le quedan a Muro?

Precio de arrendamiento bajo, gran salvedad

Si por la mañana tardía se pasea por Muro, se oyen el chasquido de las bolas de petanca, el retumbar sordo del polideportivo y de vez en cuando la voz lejana de un niño en el parque. La pequeña cafetería en la entrada del centro deportivo parece un atrezzo de película olvidado: polvo en la barra, la máquina de café apagada. El ayuntamiento ofrece el local ahora por sólo 500 euros al año. Suena como un regalo. Pero al mirar con más atención hay un gran signo de interrogación en la letra pequeña.

La trampa en el contrato

La razón del bajo precio de arrendamiento es sencilla: hasta ahora nadie ha logrado mantener el negocio de forma estable. Hace años se pedían cantidades de cinco cifras. Tras varios intentos fallidos, el municipio fue reduciendo la suma de forma escalonada para evitar el cierre. Pero la comuna condiciona el contrato con una salvedad central: el futuro arrendatario debe asumir un contrato de trabajo existente. Se trata de un empleado que lleva tiempo de baja por enfermedad. Según los documentos presupuestarios, el equivalente salarial asciende a alrededor de 1.500 euros mensuales, una carga que puede resultar desproporcionada para pequeños gestores.

¿Qué problemas suelen permanecer invisibles?

Los debates públicos suelen centrarse en la cifra: 500 euros frente a 1.500 euros. Se presta menos atención a cuánto riesgo se esconde en otros conceptos. ¿Quién asume las inversiones necesarias en cocina, higiene y mobiliario? ¿Quién cubre la interrupción del negocio si fallan los equipos? ¿Y qué ocurre si la baja se prolonga o la legislación de la seguridad social genera costes imprevistos? Todos esos son gastos que no se reflejan en la renta anual, pero que afectan decisivamente a la rentabilidad.

Política, críticas y ambiente local

En las sesiones del pleno municipal el argumento suena medido: mejor ingresos simbólicos por el arrendamiento que una infraestructura en desuso. Las voces de la oposición critican la falta de transparencia en la secuencia de bajadas de precio y piden alternativas claras en lugar de ofertas aparentemente atractivas con condiciones ocultas. En los cafés y en la Plaça se oyen preguntas desconcertadas: ¿por qué encargar peritajes que no aportan nada práctico y ahora ofrecer un contrato que obliga a asumir personal? A muchos residentes les parece un juego burocrático de pasar responsabilidades de unos a otros.

Propuestas concretas — realistas y pragmáticas

Criticar es fácil. También conviene ver cómo puede salir Muro del punto muerto. Algunas propuestas prácticas:

1. Período de transición subvencionado: El municipio podría asumir complementos salariales o cotizaciones durante dos o tres años, de modo que el nuevo gestor tenga tiempo para poner en marcha el negocio.

2. Alianzas con clubes deportivos: Los clubes podrían usar la cafetería por una pequeña tarifa como punto de encuentro; el patrocinio de empresas locales podría estabilizar los ingresos.

3. Modelo de cooperativa: Los vecinos pueden comprar participaciones. Así se crea un proyecto comunitario en el que se combinan trabajo voluntario y puestos remunerados —ideal para un punto de encuentro tras los entrenamientos o para grupos de mayores.

4. Contratos pop-up y por etapas: En lugar de un contrato de arrendamiento a largo plazo, la comuna podría ofrecer periodos cortos (por ejemplo, por temporadas o contratos de tres a seis meses). Esto reduce el riesgo y permite probar distintos conceptos como cafetería matutina, actividades extraescolares o pequeñas cantinas para eventos deportivos.

5. Apoyo público para inversiones: Subvenciones para higiene, equipos o medidas de ahorro energético reducirían los costes iniciales y mejorarían la viabilidad económica.

Oportunidades para Muro — más que solo café

Una cafetería abierta es más que una fuente de ingresos. Es un pegamento social: padres que esperan a sus hijos; personas mayores con una vida a veces solitaria; miembros de clubes que comparten un café tras el entrenamiento. En una localidad como Muro, donde la Plaça de l’Esport es punto de encuentro, un bar animado puede mejorar notablemente la calidad del espacio. Si se concibe no solo como un negocio gastronómico sino como un espacio multifuncional, se abren más vías de financiación y diferentes modelos de gestión.

Conclusión: 500 euros son una señal — pero no una panacea

La oferta del municipio es un comienzo. Pero la condición de asumir personal convierte el supuesto regalo en un riesgo. Quien esté interesado no debe quedarse en la cifra del papel, sino mirar el balance completo: salarios, inversiones, riesgos por interrupciones. Y el ayuntamiento debería discutir los próximos pasos con transparencia y ofrecer modelos flexibles. Solo así la cafetería puede volver a ser lo que fue: un pequeño corazón en la Plaça de l’Esport, donde el aroma del café se mezcla con el sonido de las bolas de petanca.

Mi consejo para posibles interesados: acudir, hablar con el ayuntamiento, calcular las cifras —y quizá presentar un plan que no busque solo beneficio, sino también comunidad.

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