Puerto de Cala Rajada con embarcaciones, pinos y luz veraniega

Un suave día de verano en Cala Rajada: 7 de agosto de 2025

👁 7342✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

El 7 de agosto trae a Cala Rajada un día de verano de postal: alrededor de 27°C, una ligera brisa del este y una humedad agradable. Perfecto para la playa, el paseo y una cena en el puerto.

Un día de verano para respirar en Cala Rajada

El 7 de agosto Cala Rajada muestra su lado relajado: sol y alguna nube inocua se alternan, las máximas alcanzan agradables 27°C. Quien pasea por la mañana por el paseo marítimo escucha el suave tintinear de las tazas de café, el reclamo de las gaviotas y el lejano roce cuando los pescadores arreglan sus redes. El aire se siente cálido, pero no sofocante: un día en el que la isla parece por un momento completamente tranquila y serena.

Fresco por la mañana, agradable durante el día

La jornada comienza con calma: 24°C en las primeras horas, ideal para un paseo al puerto o una carrera junto a la costa, cuando el sol aún no está alto. Hacia el mediodía la temperatura sube hasta unos 27°C, un valor en el que tomar el sol en la playa, un salto al agua cristalina o buscar sombra en el pinar de Cala Agulla son las mejores opciones. En los cafés del Passeig Marítim se llena de clientes que observan el mar y escuchan la ligera brisa.

La sensación del aire

Con alrededor del 60% de humedad ambiental, la atmósfera se mantiene en una franja muy agradable: ni bochornosa ni seca. El viento sopla del este —localmente se le llama Llevant— y se intensifica hasta unos 6 m/s. Es suficiente para que los veleros en el puerto tengan un juego ligero y para que las temperaturas se perciban más amenas. Quien se sienta en la costa percibe de vez en cuando una brisa refrescante en el cabello; el aroma de las piñas y el mar se mezcla con el salado del agua.

Ambiente nocturno y cierre del día

La noche se mantiene templada: se esperan unos 25°C. Es exactamente el clima que invita a una mesa tranquila en uno de los chiringuitos de la playa o a un paseo hasta la Punta de n'Amer, donde el sendero brilla dorado con los últimos rayos de sol. En las mesas del puerto suenan las copas, los pescadores cuentan sus primeras capturas y en algún lugar de fondo las cigarras cantan —un típico y tranquilizador sonido veraniego en la costa este.

Ya sea que pase el día nadando en agua transparente, explorando las calas alrededor de Cala Agulla o simplemente sentado en un banco siguiendo con la vista a los barcos: este 7 de agosto es una pequeña promesa de un verano mallorquín sin complicaciones. Un ligero jersey para la noche no viene mal; por lo demás la suave brisa es suficiente para que el día sea perfecto.

Consejo del redactor local: por la mañana el puerto está aún más tranquilo —ideal para fotos sin multitudes. Al atardecer merece la pena un paseo hacia el faro de Capdepera, cuando la luz calienta las rocas y las olas acarician la orilla.

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