Taxifahrer stoppen betrunkene Fahrerin am Paseo Marítimo — Weckruf für Palmas Nacht

Conductora ebria detenida en el Paseo Marítimo: taxistas evitaron lo peor

👁 2873✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

En el Paseo Marítimo de Palma, un equipo de taxistas detuvo por la noche a una mujer visiblemente ebria —al parecer antes de que pudiera salir a la autopista y poner en peligro a otras personas.

Valientes taxistas detienen a una mujer incapacitada para conducir

En la noche del viernes al sábado se vivió en el Paseo Marítimo de Palma una escena poco habitual: dos taxistas advirtieron a la conductora de un coche que, con un neumático aparentemente pinchado, había chocado contra un bordillo y circulaba en zigzag por el paseo. Los peatones se apartaron, algunos se quedaron mirando y se entreabrieron los ojos —la sensación fue más de desconcierto que de fiesta.

Cómo se calmó la situación

Los dos chóferes actuaron en lugar de quedarse mirando. Siguieron al vehículo, le hicieron destellar las luces largas y se colocaron con cautela delante del coche para frenar su avance. Uno de los taxistas grabó la escena con su móvil —no para publicarla, sino como prueba para la policía en caso de que ocurriera algo. Hacia las 2:30 lograron que la mujer se detuviera en un arcén.

Según las primeras observaciones, la conductora parecía muy afectada por el alcohol y, según los taxistas, además con otras alteraciones. Respondía poco a las preguntas y mostraba confusión, casi apatía. Los hombres llamaron a los servicios de emergencias porque temían que la mujer pudiera continuar hacia la autopista (Llucmajor), un tramo en el que ese estado puede tener consecuencias graves.

Qué ocurrió después

Poco después llegaron agentes de policía que se hicieron cargo de la situación. La conductora fue sometida a un examen; las autoridades solo han ofrecido información general sobre posibles pruebas de alcohol o drogas. Testigos en el lugar aseguran que fue una suerte que los taxistas actuaran con tanta atención y determinación. Sin su intervención, la noche podría haber terminado de otra manera.

La escena recuerda que en Mallorca las celebraciones como Halloween suelen aumentar los comportamientos de riesgo. Cerca de la medianoche el paseo suele estar lleno de gente; a las 2 de la mañana muchos bares están más vacíos, pero aún hay grupos en la calle. Quienes conocen la zona saben que las calles son estrechas y las aceras concurridas: una persona incapacitada al volante no debería estar ahí.

Una impresión personal breve: Estuve poco después en el lugar; el aire olía a mar frío y a aceite de la freiduría del puesto de enfrente. Los taxistas se intercambiaban números, un poco aliviados, un poco tensos. No fue un acto de heroísmo, sino una intervención práctica. Esto es lo que se ve aquí: gente que no mira hacia otro lado.

Las autoridades vuelven a apelar a la responsabilidad: quien bebe, que deje el coche. Y si se ve a alguien conduciendo de forma claramente peligrosa, hay que actuar —llamar, grabar, intervenir si es necesario— pero siempre con cautela. En esa noche, precisamente, esa actitud evitó un problema mayor.

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