Gastrofest in Binissalem: Ja Era Hora füllt den Schulpark

Gastrofest en Binissalem: «Ja Era Hora» llena el parque escolar

👁 2371✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

Hoy el aparcamiento de la Escola Graduada en Binissalem se convierte en una avenida festiva: niños, bailes tradicionales, un desfile y música de DJ hasta la medianoche, y en todas partes cocina de la isla para probar.

Gastrofest en Binissalem: «Ja Era Hora» en lugar del mercado navideño

Un día entero de comida, baile y sentido de vecindad

El aparcamiento de la Escola Graduada en Binissalem no es hoy un aparcamiento cualquiera. Puestos se alinean uno tras otro, los niños corretean con la cara recién pintada y, de vez en cuando, se oye el marcado zapateo del Ball de Bot. Bajo el lema «Ja Era Hora», el ayuntamiento ha cambiado la rutina del típico mercado navideño por un festival gastronómico —y se nota en cada rincón.

Por la tarde se mezclan los aromas: carne a la parrilla, tapas caseras y dulces horneados. Vendedores de la zona han montado ollas y sartenes, se ofrecen platos para probar y en varios puntos hay puestos con cervezas de la isla. No es un gran evento ruidoso, sino uno de esos en los que llegas, te encuentras con alguien, te quedas y pides más de una vez.

Los niños regresan con la cara pintada de colores, la gente mayor se apoya en las vallas, elogia la selección musical y recuerda fiestas anteriores. Entre los puestos se forman pequeños grupos de conversación: vecinos, turistas con el plano de la ciudad en la mano y algunas mesas donde familias jóvenes comparten la calidez de las mantas. El ambiente es cercano, un poco rústico, y precisamente eso es lo que le da encanto al día.

Por supuesto, el programa también tiene su toque tradicional. El Ball de Bot reúne parejas de baile que, ataviadas con trajes antiguos, muestran los pasos. A esto se suma un desfile festivo que recorre la plaza y en el que participan tanto jóvenes como habituales del pueblo. Cuando al anochecer se pone en marcha el equipo de DJ, el ritmo cambia: las guirnaldas luminosas cobran protagonismo, las voces se elevan y la música dura hasta la medianoche.

Lo que hace especial este formato en Mallorca es la mezcla de conservar y experimentar. Los productores locales pueden mostrar sus productos directamente, sin una gran distribución, y las visitantes obtienen una impresión inmediata de lo que la isla ofrece culinariamente. Crear estos encuentros en temporada baja no es un lujo: es una vitalidad que mantiene unidos a los pueblos y da visibilidad a los pequeños negocios.

Para las visitantes vale la pena un consejo sencillo: llegar con la bolsa vacía, probar pequeñas raciones y preguntar quién está detrás del puesto. La curiosidad paga: a menudo son las conversaciones con los productores las que hacen que una muestra se quede en la memoria. Quien prefiera la tranquilidad, que lleve una manta, busque un rinconcito cálido y contemple la actividad mientras las luces alrededor se van encendiendo.

En conclusión: estos festejos demuestran que los eventos en la isla no siempre tienen que ser pomposos para tener impacto. Son lugares para compartir y conocerse. El Gastrofest en Binissalem es hoy exactamente ese tipo de lugar: sencillo, abierto y con una pizca de la hospitalidad mallorquina. Así que, si tiene la oportunidad, pase, pruebe una muestra de la isla y quédese un poco más de lo previsto.

Leído, investigado y reinterpretado para ti: Fuente

Noticias similares