A finales de octubre unos 25 globos aerostáticos llenan el cielo sobre Capdepera. Del 22 al 26 de octubre hay despegues al amanecer y al atardecer —y algunos visitantes afortunados pueden incluso volar gratis.
Cuando el cielo sobre Capdepera se convierte en el telón de la ciudad
A finales de octubre ocurre algo que no tiene que ver con tumbarse en la playa ni con la sangría: el espacio aéreo sobre Capdepera se llena de color. Del 22 al 26 de octubre se reúnen alrededor de 25 globos procedentes de más de diez países, algunos clásicos y redondos, otros con forma de enorme helado o incluso de un pequeño cerdito. Entre la torre de la iglesia de Capdepera y los pinos de Cala Rajada el cielo se transforma durante unas horas matinales y vespertinas en una postal en movimiento.
Amanecer, café en el puerto y el primer "¡Oooh!"
Los pilotos planifican dos despegues al día: temprano, sobre las 8:00 al amanecer y de nuevo por la tarde, hacia las 18:00, cuando la luz se vuelve suave y todo adquiere un tono más dorado. Los lugares de salida pueden cambiar a última hora; los organizadores suelen avisar con dos horas de antelación —así que: revisa la batería, ponte una chaqueta y coge el desayuno para llevar. Quien madruga será recompensado: el suave crujir de las envolturas de los globos, el olor a café en el puerto y el primer asombro colectivo son típicamente mallorquines y hermosos.
Cómo asistir — y cómo volar
Lo mejor primero: se ofrecen plazas gratuitas para volar. Suena tentador, pero las plazas son pocas y dependen del tiempo. Los pilotos deciden al final según la dirección del viento y el lastre, no por simpatía. Consejo: sé amable, llega pronto y lleva una capa de ropa de abrigo —el aire de la mañana en octubre se siente bastante más fresco que el del sol de la playa. La lluvia cancelaría los vuelos y el viento puede trastocar los planes en minutos. Así que: calzado cómodo, guantes calientes y sentido del humor.
Ambiente internacional, impacto local
Los equipos son de carácter internacional: están anunciados pilotos de Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, Polonia, Lituania, Inglaterra, Suiza, Letonia y Estados Unidos. Entre ellos hay un piloto francés que fue campeón del mundo en 2008 —un toque de profesionalidad en el aire mallorquín de la mañana. Aproximadamente un tercio de los equipos está compuesto por mujeres; se nota cuando se montan las cestas y todos trabajan juntos. Para la región el festival es más que bonitas imágenes: trae visitantes tempranos a los cafés de Cala Rajada, llena aparcamientos y beneficia a restaurantes y hosteleros alrededor de Capdepera en una época del año que suele ser más tranquila.
Consejos prácticos para visitantes
Los aparcamientos en torno a Cala Rajada son limitados —lo mejor es llegar pronto o planear una caminata. Un café en el puerto ayuda contra el sueño, y el paseo hasta el lugar de despegue es especialmente bonito con la luz de la mañana. Los organizadores informan de última hora a través de las redes sociales, así que no olvides el móvil. Las fotos son bienvenidas, pero por favor mantén la distancia cuando las tripulaciones trabajen; durante el montaje y el embalaje se requiere concentración. Los niños se sorprenden con facilidad aquí —y los padres deberían pensar en mantas y una termo.
Por qué Mallorca se beneficia
El festival es un ejemplo de cómo los eventos fuera de la temporada alta benefician a la isla: reparten a los visitantes por otros lugares, alargan las estancias al inicio de la semana y dinamizan pequeños comercios. Los madrugadores dan vida a calles que de otro modo estarían tranquilas, y la venta de croissants, bocadillos de desayuno y café local se beneficia directamente. Además: esas imágenes de globos de colores sobre casas de piedra muestran una Mallorca diferente y tranquila —bueno para la imagen y para el ánimo.
Un pequeño y aireado llamamiento
Quien nunca haya visto un globo aerostático en Capdepera debería permitírselo. Es un recordatorio de que la isla ofrece más que sol y mar: momentos compartidos, charlas temprano en el puerto y el sonido de los quemadores en la penumbra. Y quien no vuele, aun así tiene sitio en la mejor tribuna —en una pequeña colina con vistas al cielo. Los domingos serán celestiales, un poco caóticos y muy mallorquines —y todo ello sin coste de entrada.
Práctico: festival 22–26 de octubre; inicio oficial el 22 de octubre a las 18:00 en el Grand Hotel Cap Vermell; espectáculo de clausura el 26 de octubre a partir de las 17:00 en Capdepera. Dos despegues diarios, información previa a través de los canales de los organizadores.
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