Operarios y andamios alrededor de la fuente de la Plaza de la Reina durante las reparaciones

Fuente de Palma en la Plaza de la Reina: reparación a corto plazo, preguntas a largo plazo

👁 4820✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

En la Plaza de la Reina los operarios han comenzado los trabajos: por unos 14.000 euros se renovarán la bomba, el sistema de control, la iluminación y la impermeabilización de la fuente. La intervención es breve, pero plantea interrogantes sobre el mantenimiento de los surtidores históricos.

Rehabilitación en la Plaza de la Reina: más que un simple andamio

Si por la mañana paseas desde el Passeig del Born hasta la Plaza de la Reina, el aroma del café recién hecho se mezcla con el leve golpeteo de una máquina de obra. Cintas de señalización ondean al viento, un andamio se eleva sobre la fuente y dos o tres hombres con chalecos reflectantes se ríen brevemente antes de volver al trabajo. Así comenzó esta semana la prevista rehabilitación de la pequeña instalación de agua que sirve de punto de referencia para muchos vecinos y visitantes.

¿Qué se va a hacer exactamente?

El ayuntamiento sustituye la técnica de la fuente: la bomba y el sistema de control recibirán nuevos componentes, la iluminación se cambiará por lámparas más eficientes y el vaso se volverá a impermeabilizar para que se pierda menos agua en el futuro. Para estos trabajos, según la administración, se han presupuestado alrededor de 14.000 euros. Está previsto que las obras duren aproximadamente un mes, siempre que el tiempo acompañe y no aparezcan daños imprevistos en la estructura antigua.

¿Cómo se nota en el lugar?

Para quienes transitan a diario por el casco antiguo, esto supone: pequeños desvíos, ocasionales cierres en el borde de la fuente y algo de ruido durante el día. Las cafeterías de la plaza notan que hay menos clientes sentados justo al lado. María, que lleva años gestionando un pequeño quiosco en la Carrer de Sant Miquel, observa: «Los operarios vienen temprano y se van a mediodía. No molesta demasiado, pero se ve por detrás que era necesario. Luego todo estará más bonito.»

¿Por qué tanta prisa ahora?

La fuente es más que un adorno. Simboliza parte de la identidad urbana y atrae miradas —especialmente por la noche, cuando luz y agua se combinan. En los últimos años el vaso fue perdiendo agua con frecuencia y la técnica antigua funcionaba de manera ineficiente. La nueva impermeabilización y la iluminación LED deberían reducir el consumo de agua y hacer la instalación más fiable a largo plazo.

Una intervención pequeña — y una cuestión mayor

Los trabajos en sí son manejables. Pero plantean otra pregunta, menos evidente: ¿cómo está la isla en general en lo que respecta al cuidado de sus fuentes históricas? La Plaza de la Reina es solo un punto entre muchos —desde fuentes ornamentales bien mantenidas hasta puntos de agua olvidados en patios interiores. Algunos vecinos desearían que ese mantenimiento no fuese solo puntual, sino sistemático.

14.000 euros suena a poco dinero al principio. Para una única reparación a corto plazo puede que sí. Pero si se suman el número de pequeñas fuentes, pilas históricas y fuentes de villas en el casco antiguo de Palma y en toda la isla, queda claro que el mantenimiento permanente cuesta. Y si el ayuntamiento y los consistorios solo reaccionan ante problemas agudos, al final resultará más caro que un plan de mantenimiento regular.

Enfoques concretos en lugar de chapuzas

¿Qué se podría hacer? Algunas ideas prácticas: una inspección anual de todas las fuentes públicas con priorización según su estado; un pequeño fondo de mantenimiento que no necesite nuevas aprobaciones cada vez que surge un problema; el reemplazo de tecnología obsoleta por componentes más duraderos y eficientes energéticamente; y la implicación de iniciativas vecinales que ayuden en el cuidado —por ejemplo, con adopciones o padrinazgos de fuentes concretas.

La tecnología puede ayudar: sensores que informen del nivel de agua; controles inteligentes que enciendan la bomba solo cuando sea necesario; y sistemas LED que sean estéticos y, al mismo tiempo, ahorren energía. Estas soluciones son más caras al principio, pero se amortizan con los años. Y: una comunicación transparente por parte del ayuntamiento sobre trabajos y costes genera confianza —sobre todo en un barrio visitado diariamente por gente de todo el mundo.

Mirando hacia adelante

Si todo va según lo previsto, la obra debería desaparecer de la plaza entre mediados y finales de noviembre y la fuente volver a funcionar. A corto plazo significa algo de paciencia y rodear puntualmente la zona. A medio plazo sería deseable que la Plaza de la Reina no solo recibiera un nuevo sistema de bombeo, sino que el hecho sirviera para replantear de forma más general el cuidado de nuestros surtidores urbanos.

Al final, es así: las pequeñas cosas hacen el encanto de Mallorca —la luz que cae sobre las casas de piedra, el reclamo de las gaviotas y el suave murmullo de una fuente. Un vaso recién impermeabilizado no es una gran promesa política. Pero sí es una señal de que alguien mira. Esperemos que no se quede solo en una señal.

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