Pasajeros y mostradores en la Terminal A del aeropuerto de Palma durante un día de huelga del personal de tierra de Ryanair

Huelga del personal de tierra de Ryanair: por qué en el aeropuerto de Palma reina la calma hasta ahora — y qué puede ocultar

👁 12400✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

A pesar de los días de huelga anunciados del personal de tierra, el aeropuerto de Palma permaneció sorprendentemente normal el primer día. Tras la calma se esconden márgenes tácticos, zonas legales grises y riesgos potenciales para viajeros y trabajadores.

¿Por qué se notó tan poco la huelga en el aeropuerto de Palma?

El primer de varios días de huelga anunciados por el personal de tierra de Ryanair dejó por la tarde en la Terminal A una imagen sorprendentemente normal: sobre las 14:30 el sol brillaba bajo sobre el aprón, olía a café fuerte y protección solar, y por los altavoces sonaban los habituales anuncios de embarque. Viajeros en chanclas paseaban junto a mostradores de facturación abiertos, los carritos de equipaje resonaban y la pista parecía en funcionamiento —como si no hubiera pasado nada fuera de lo común.

La pregunta central

¿Por qué las movilizaciones aparentemente no alcanzan a los pasajeros —y qué dice eso sobre la fuerza de la posición sindical? A primera vista la respuesta parece tecnocrática: las aerolíneas y los aeropuertos han creado en los últimos años colchones, organizado desvíos y diseñado horarios de trabajo para cubrir las horas punta. Pero debajo de eso hay problemas que en el debate público raramente se examinan con suficiente profundidad.

Cómo están organizadas las huelgas — y por qué resultan tácticas

El sindicato convocó paros cortos y recurrentes en tres franjas horarias (5:00–9:00, 12:00–15:00, 21:00–24:00). Estos "picos" buscan provocar el máximo efecto sin arriesgar una huelga indefinida. Al mismo tiempo, la empresa de handling que atiende vuelos de EasyJet también registró a empleados para acciones —una evolución que complica la situación y muestra lo ramificadas que son las estructuras en tierra.

Lo que rara vez se cuenta

1) Subcontratas y trabajo temporal: Muchas labores en tierra ya no las realiza una plantilla fija, sino subcontratas o personal temporal. Eso crea flexibilidad, pero también una laguna legal: ¿quién hace huelga cuando los equipos se sustituyen a corto plazo?

2) Reubicación de personal: Las aerolíneas redistribuyen personal entre turnos, usan equipos de reserva o traen compañeros de bases menos afectadas. Eso atenúa las consecuencias inmediatas para los pasajeros, pero desplaza la carga a otros equipos y puede minar la moral.

3) Ventanas de planificación como táctica: Las franjas horarias claras permiten a aeropuertos y aerolíneas aplicar colchones de forma dirigida. Cambios de turnos a corto plazo —denuncia la UGT— podrían, sin embargo, socavar el derecho a la huelga si los empleadores reorganizan al personal de modo que la huelga pierda su efecto.

Acusaciones de la UGT — y la respuesta de los empleadores

El sindicato critica que los responsables intentaron modificar los horarios para neutralizar el efecto de las acciones. Los empleadores hablan de "restricciones operativas" y de reubicaciones planificadas, y niegan acusaciones graves. Desde la perspectiva de Mallorca queda la pregunta candente: ¿qué ocurre entre bambalinas cuando el interés por un funcionamiento sin incidentes choca con el derecho a la acción colectiva?

Riesgos detrás de la calma

La calma visible no debe dar tranquilidad. A corto plazo los pasajeros salen relativamente indemnes, pero esa flexibilidad tiene un precio: desplaza las cargas, hace a los trabajadores intercambiables y puede conducir a peores condiciones laborales a largo plazo. Para la economía insular es un dilema: el sistema turístico necesita fiabilidad, mientras muchos trabajadores reclaman condiciones laborales justas.

Propuestas concretas que suelen quedar fuera

Si el debate público no quiere limitarse a celebrar colchones y puntualidad, hace falta soluciones concretas:

Transparencia en los horarios: Plazos vinculantes para cambios, de modo que el derecho de huelga no se vea vaciado por reorganizaciones a última hora.

Reservas reguladas: Plantillas de reserva controladas por la administración, con remuneración justa, que compensen bajas puntuales sin vulnerar los derechos de los huelguistas.

Mejor comunicación para los viajeros: Un sistema de información unificado y actualizado en el aeropuerto de Palma que muestre en tiempo real no solo los datos de las aerolíneas, sino también los cambios en el servicio de handling.

Fortalecer los espacios de negociación: Ofertas de mediación por parte de las autoridades laborales para que los conflictos no deriven solamente en tácticas y contramedidas.

Qué pueden hacer los viajeros ahora

Para los próximos días se recomienda: consultar el estado del vuelo justo antes de salir, prever tiempo de sobra y prestar especial atención a los vuelos nocturnos —tras las 21:00 la dotación de personal podría ser más escasa. En el aeropuerto: mantener la cordialidad. El personal aeroportuario, los sindicalistas y los viajeros comparten hoy un interés común: que haya el menor caos posible.

La calma en la terminal no es pues una prueba de tranquilidad, sino más bien un indicio de un sistema que absorbe perturbaciones —hasta que deja de poder hacerlo. Los próximos días de huelga mostrarán si hay acuerdos tras bambalinas o si la situación deriva en escalada.

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