Inca celebra el Dijous Bo: ocho kilómetros de mercado, maquinaria agrícola y color local

Inca celebra el Dijous Bo: ocho kilómetros de mercado, maquinaria agrícola y color local

👁 2387✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

Hoy Inca se llena de nuevo: en el tradicional Dijous Bo el mercado se extiende a lo largo de unos ocho kilómetros, con más de 300 puestos, una feria de maquinaria agrícola y una exposición ferroviaria. Consejos para la llegada y pequeñas observaciones desde el lugar.

Dijous Bo en Inca: todo un día de mercado, bullicio y tradición

Si se viaja a Inca en una fresca mañana de noviembre se nota enseguida: hoy ocurre algo especial. El Dijous Bo —el "jueves bueno"— ha convertido las calles en un animado caos. Más de 300 expositores se reparten a lo largo de unos ocho kilómetros. Huele a almendras garrapiñadas, bebidas calientes humean en termos y de vez en cuando se oye el ruido de los puestos terminando de montarse.

Lo que no puede faltar

Quien disfruta de la tecnología antigua se queda en la feria de maquinaria agrícola: tractores con pátina, remolques relucientes y gente que habla con los ojos brillantes sobre transmisiones y toma de fuerza. Además, este año hay anunciada una exposición ferroviaria, un imán para niños y para los nostálgicos. Naturalmente, el mercado campesino es el corazón del evento: fruta y verdura fresca, quesos, embutidos y pequeños talleres artesanales con productos hechos a mano.

Un consejo por experiencia: quien busque la calma absoluta antes de la mayor afluencia, debería llegar sobre 8:30. Los trenes desde Palma a Inca son prácticos y evitan la molesta búsqueda de aparcamiento. Hacia la estación se pone más estrecho después y la paciencia en los aparcamientos es limitada.

Atmósfera y pequeñas escenas

Entre puestos se ven locales que saludan a conocidos con frases cortas y altas; turistas con cámaras; niños con manzanas caramelizadas. En una esquina alguien toca la guitarra en directo, en otra un vendedor anuncia en voz alta sus artículos de cuero hechos a mano. Son esos pequeños momentos inesperados los que hacen especial el día.

Para los aficionados a la gastronomía: pruebe una ensaimada recién horneada o una ración de calamares fritos en alguno de los puestos de comida. Y si quiere comprar productos regionales, lleve una bolsa de tela: las bolsas de plástico escasean y los buenos puestos se agotan rápido.

Información práctica

Los recorridos son largos, conviene calzado cómodo. Hay aseos repartidos, pero en horas punta se forman colas. Lleve una chaquetita pequeña: la mañana puede ser fresca y por la tarde suele abrirse el cielo. Si viene en coche, llegar temprano ahorra tiempo. La conexión en tren desde Palma es fiable y relajada.

El programa es variado, desde artesanía tradicional hasta exposiciones modernas. Quien tenga interés encontrará en línea el programa completo del día y los planos de los puestos. Pero, sinceramente: un paseo sin plan también forma parte del encanto.

Conclusión: El Dijous Bo es un día de contrastes: raíces rurales frente a ambiente de mercado, tradición frente a curiosidad. Tanto si viene por la comida local, a contemplar máquinas antiguas o simplemente a dejarse llevar por el bullicio, Inca merece una visita este jueves.

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