Primeras impresiones, visitas repetidas y decisiones espontáneas: los viajeros en Playa de Palma cuentan qué les gusta y qué más quieren ver.
Entre playa, tapas y sorpresas: voces de la Playa de Palma
Es temprano por la mañana, el paseo huele a café y protector solar, y en la Playa de Palma se halla una mezcla diversa de visitantes por primera vez y habituales. Me he acomodado a la sombra de una hilera de palmeras y he preguntado a la gente: ¿cómo van las vacaciones hasta ahora?
Duygu, que hoy llega por primera vez a Mallorca, aún sonríe al contar. «Acabamos de llegar desde Dublín, solo una escala, y ahora quiero ver más que solo playa», dice, mientras Katharina asiente: «Yo ya estuve aquí antes, pero la Mallorca real es mucho más tranquila que los clichés de la televisión.» Ambos planean con el coche de alquiler pasar unos días en el interior de la isla; Alcúdia y pequeñas calas están en la lista.
Christian, de Renania del Norte-Westfalia, viene desde hace años. Para él Mallorca es como un amigo fiable: «Cada año hay algo nuevo por descubrir», dice. Esta vez va con un amigo que quiere conocer por primera vez el bar del Balneario 14. Este tipo de encuentros pequeños forman parte aquí: una mezcla de rutina y curiosidad.
Primeras impresiones, planes claros
A la sombra de una sombrilla, Joshua y Nico, del Saarland, cuentan sus primeros días en Can Pastilla. «Es genial aquí», dice Joshua sin rodeos. Aún no tienen un programa rígido, pero quieren probar la clásica mezcla de playa y ciudad: Palma por la noche, una excursión a las montañas durante el día.
Kiki y Tina, que suelen estar en la isla, se ven relajadas: «Para nosotros esto es como volver a casa», comenta Tina, quien, como azafata, utiliza paradas regulares. Conocen los mejores cafés en Passeig Marítim y valoran la diversidad: lugares tranquilos para tomar el sol, y también algún rincón animado.
Desde Francia llegan Étienne, Élise y Simon-Pierre, empeñados en hablar un poco de español, encantados con el casco antiguo y la atmósfera relajada de la playa. «Sin prisas, buena comida, paseos bonitos», resume Élise.
Al final llega la conclusión, que oigo con frecuencia: Mallorca es para muchos un lugar con opciones. Algunos quieren volver, otros descubren nuevos lugares favoritos, y otros más empacan de forma espontánea una hoja de cambios de planes: quedarse un día más. Ya sea Ballermann o cala tranquila, para la mayoría suele ocurrir que una visita rara vez es suficiente.
Notas al margen: Quien venga en otoño debería planear alquilar un coche: los pequeños pueblos y los atardeceres valen la pena.
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