Steigende Zwangsräumungen auf den Balearen: Mieter in Not – Ursachen und Lösungen

Más desahucios forzados en las Baleares: los inquilinos, los más afectados

👁 2847✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

En el segundo trimestre de 2025 aumentó el número de desalojos en las Baleares. Especialmente las viviendas de alquiler están afectadas, y también crecen los casos de insolvencia.

Más desalojos forzados en las Baleares: los inquilinos, los más afectados

El martes temprano, con llovizna ligera y 16 grados, se oía en un vecindario de Palma las conversaciones que normalmente solo se ven en la televisión: personas haciendo las maletas, vecinos mirando. Los números detrás de ello ya son oficiales: en el segundo trimestre de 2025 hubo en las Baleares un total de 245 desalojos forzados, mucho más que antes.

La vivienda se convierte en un problema

El órgano judicial español CGPJ señala que de estos 245 casos, 204 se deben a alquileres impagados. Sí, leíste bien: los inquilinos pierden sus viviendas, no pocas veces familias que apenas estaban logrando pagar el alquiler. Otros 31 desalojos surgieron de procedimientos hipotecarios. Parece banal, pero al pasar por la Plaza Mayor se observan las consecuencias en la realidad: puertas vacías, notas en las sonerías, gente que borra su nombre de una lista.

Los procedimientos de insolvencia ganan terreno

Lo que pasa desapercibido es el fuerte incremento de las insolvencias: los procedimientos crecieron más de un 50 por ciento respecto al año anterior. Afecta a pequeños autónomos, propietarios de restaurantes en la costa y artesanos por igual. Muchos cuentan que clientes desaparecieron y quedaron facturas pendientes. No es solo una cifra: son negocios que cierran y personas que deben empezar de nuevo en su trabajo.

¿Qué significa esto para la isla? A corto plazo, más presión sobre los servicios sociales: las oficinas de asesoría están llenas y las listas de espera para refugios de emergencia son más largas. En la calle se ven más folletos con ofertas de ayuda y números de teléfono que antes no se necesitaban. Hablé con una trabajadora social que dijo: “Tratamos casos individuales, pero los recursos son limitados.”

Consecuencias prácticas y pequeñas ayudas

Las ciudades y municipios intentan contrarrestar con fondos de ayuda y oficinas de intermediación: en Portocolom hay actualmente un proyecto local de apoyo al alquiler; en Palma se discuten oficinas de intermediación rápidas. Eso ayuda, pero rara vez es suficiente. A menudo falta vivienda asequible.

Si conoce a alguien que esté pasando por una mala racha: en la página web del gobierno de las Baleares hay contactos de servicios sociales y asociaciones locales organizan donaciones de bienes de manera regular. Son cosas pequeñas, pero a veces es justamente una manta cálida en un día frío.

Los números son una llamada de atención: la vivienda sigue siendo un factor inseguro para muchas personas en las islas. Y se nota cuando, al anochecer, se recorren barrios donde normalmente late la vida; esta vez se oyen más conversaciones sobre planes para el futuro que sobre planes para el fin de semana.

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