Fachada del juzgado en Palma durante la audiencia por el caso de Matthias Kühn

25 millones en el foco: el juicio contra Matthias Kühn en Palma y lo que la isla debería aprender

👁 3764✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

Un juicio en Palma gira en torno a pasivos presuntamente no revelados de alrededor de 25 millones de euros. ¿Qué significa esto para el sector inmobiliario de Mallorca, los residentes y las normas que necesitamos para garantizar la transparencia?

Una vista judicial que afecta más que cifras

La mañana del 20 de octubre de 2025 la Via Alemania estaba inusualmente tranquila. Unas turistas se ajustaban las chaquetas, los aromas del café del Passeig Mallorca se mezclaban con el olor a cloro de la obra cercana — y frente al edificio de los juzgados se agolpaban algunos fotógrafos y curiosos. En el centro de la atención: el inversor alemán Matthias Kühn. Sobre la mesa está la acusación de no haber declarado correctamente pasivos ante la hacienda española por aproximadamente 25 millones de euros.

La pregunta clave: ¿Torpeza contable o elusión deliberada?

Las investigaciones llevan más de dos años. Fiscalía y autoridades fiscales examinan transferencias dentro de una red empresarial — España, Liechtenstein y aparentemente otros destinos juegan un papel. La cuestión central que debe responder el tribunal no es solo: ¿Se informaron mal las cifras? Sino: ¿Se diseñó el sistema para eludir conscientemente las obligaciones fiscales?

A eso se suma otro detalle: el tribunal ordenó una fianza de aproximadamente 33 millones de euros. Contra esa medida se han presentado recursos. Estas cantidades no solo son delicadas desde el punto de vista jurídico, también arrojan una luz intensa sobre las intrincadas relaciones del mundo inmobiliario mallorquín.

Quiénes aparecen también en el foco

Las declaraciones están previstas en dos días. Primero debe declarar Kühn, luego comparecerán varios testigos nombrados — entre ellos familiares, asesores y abogados, como el Jorge Sainz de Baranda. No se trata, por tanto, de un proceso de una sola persona, sino de una red de testimonios, contratos y movimientos bancarios que deben ser examinados.

Interesante y a menudo poco visible en el debate público es el papel de los prestadores de servicios: asesores fiscales, fiduciarios, bancos. No son personajes secundarios. Su documentación, sus comprobaciones y sus asesoramientos suelen decidir si una estructura es legalmente límpia o si entra en una zona gris. Si se demostrara que asesorías externas facilitaron agujeros legales, las preguntas se dirigirían también al sector.

Lo que esto puede significar para Mallorca

Para la isla estos procedimientos son algo más que chismes. Mallorca vive de proyectos de construcción, inversiones y capital extranjero. Si un inversor destacado se ve envuelto en investigaciones fiscales, hay varios efectos: aumenta la desconfianza hacia la financiación de proyectos; las oficinas y administraciones se vuelven más escrupulosas al otorgar permisos; y las empresas locales podrían verse estigmatizadas, aunque actúen correctamente.

Eso se percibe en las conversaciones en la zona. Una mujer que paseaba a su perro por el Passeig dijo con sequedad: «Se oye mucho, pero no se sabe nada». Ese es precisamente el problema: los rumores se mezclan con hechos verificables legalmente. Mientras la justicia no aclare, queda una sombra sobre proyectos e inversiones.

Los puntos ciegos del control

En muchos casos no son solo los actores principales, sino las estructuras transnacionales las que dificultan el control: complejos entramados de holding, cuentas en varias jurisdicciones y asesoramiento desde despachos en paraísos fiscales. Lo que aquí suele quedar corto es la cuestión de la responsabilidad: ¿quién controla a los controladores? ¿Y cómo pueden las autoridades locales asegurar que existan estructuras de propiedad transparentes antes de dar luz verde a grandes promociones?

Otro punto: las pruebas suelen estar repartidas entre diferentes órdenes jurídicas. La cooperación entre autoridades españolas e instituciones de Liechtenstein u otros países consume tiempo y es políticamente sensible. Eso retrasa las aclaraciones y debilita la confianza pública.

Medidas concretas que ahora tendrían sentido

El tribunal puede aclarar el caso jurídicamente. Para la sociedad insular las medidas deben ir más allá. Algunas propuestas viables:

- Más transparencia en las compras inmobiliarias: Datos obligatorios sobre los verdaderos beneficiarios antes de conceder permisos. Ningún gran negocio sin una estructura de propiedad clara.

- Mayor verificación por parte de las adjudicadoras: En los contratos públicos deberían ser obligatorias auditorías independientes y garantías financieras.

- Mejor cooperación internacional: Canales de información simplificados entre las autoridades fiscales podrían acelerar las investigaciones.

- Sensibilización de los actores locales: Empresas de construcción, bancos y agencias deben reforzar su cumplimiento normativo — no solo por razones legales, sino para recuperar la confianza de la comunidad.

Perspectiva

Las próximas declaraciones mostrarán si se trata de faltas graves o de construcciones complejas pero legalmente admisibles. Independientemente del resultado, la lección es clara: Mallorca necesita más transparencia en el mundo inmobiliario. Al final no se trata solo de millones en cuentas, sino de la integridad de proyectos enteros, de empleos y de cómo nos relacionamos económicamente en la isla.

Seguiré el juicio y daré nuevas informaciones en cuanto salgan detalles de la sala.

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