Plaza de Mallorca bajo un sol intenso, termómetro indicando altas temperaturas

Ola de calor alcanza 42 °C: Cómo debe afrontar Mallorca la nueva cota de calor

👁 7342✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

La actual ola de calor deja localmente más de 42 °C: una prueba de resistencia para las personas, las infraestructuras y el turismo. ¿Cómo se prepara Mallorca para estas temperaturas extremas?

Récord de calor y la gran pregunta: ¿Cómo viviremos en el futuro con 42 °C?

Hoy por la mañana, cuando pasé por la plaza, el aire parecía pegarse a la camisa. Las cigarras gritaban y el aroma de romero seco flotaba sobre los paseos. Aemet advierte: en el interior de la isla y en el sur son posibles valores locales de 42 °C. La cuestión no es solo cómo sobrevivir al día; se trata de cómo Mallorca se adapta estructuralmente a estos picos.

Por qué hace tanto calor justamente aquí

La respuesta es simple y desagradable: topografía y masas de aire. El interior y el sur de Mallorca están resguardados, y el aire continental cálido se acumula como en un horno. A ello se suma a menudo una corriente seca similar al föhn que eleva aún más las temperaturas. Pueblos pequeños como Bunyola, Puigpunyent y Esporles suelen sentirse más calurosos que la costa. Montuïri registró ayer ya 41,5 °C — eso no es un caso aislado, es una tendencia.

Lo que se pasa por alto en el debate público

Hablamos mucho de los valores del termómetro. Menos de las consecuencias que llegan de forma silenciosa y paulatina: temperaturas nocturnas por encima de 23–25 °C que impiden dormir; esto afecta a la salud, la productividad y la seguridad vial. Se considera menos la presión sobre la red eléctrica, las reservas de agua potable y las condiciones laborales de los trabajadores de la construcción o la recogida de residuos. Y luego está el mayor riesgo de incendios forestales en la Serra de Tramuntana — un peligro que no es nuevo.

Quiénes están especialmente en riesgo ahora

Los grupos clásicos siguen siendo vulnerables: personas mayores, bebés, enfermos crónicos. Pero también están en riesgo quienes trabajan al aire libre, las personas sin hogar y las mascotas. La noche, cuando las temperaturas no bajan, aumenta el riesgo: no hay recuperación y la fatiga se acumula. Medidas sencillas como beber con regularidad o tomar descansos en lugares frescos son importantes, pero quizá en el futuro no sean suficientes.

Medidas concretas y pragmáticas para la isla

La discusión no debe quedarse en generalidades. Aquí pasos prácticos que ayuntamientos, empresas y vecinos pueden aplicar de inmediato:

1. Puntos públicos de refrigeración e hidratación: En fases de calor extremo, ayuntamientos, centros culturales y bibliotecas deben señalarse como espacios frescos. Fuentes móviles de agua o estaciones con botellas distribuidas ayudan especialmente a las personas mayores.

2. Adaptar los horarios de trabajo: Trasladar obras y trabajos de jardinería a primeras horas de la mañana o a última hora de la tarde. Los empleadores deben garantizar pausas obligatorias y turnos en horas más frescas.

3. Mayor atención a la estabilidad energética y de la red: Hay que planificar la demanda pico por aire acondicionado. Los municipios deberían revisar ventanas de recarga, gestión de la carga y planes de energía de emergencia.

4. Prevención contra incendios forestales: Reforzar las brigadas, mantener despejadas las vías de acceso e informar a la población sobre comportamientos seguros. En caso de riesgo elevado, son razonables restricciones temporales de acceso a la Serra.

5. Activar redes vecinales locales: Voluntarios que revisen a los vecinos más vulnerables, repartan agua y habiliten espacios con sombra. A menudo esto resulta más eficaz de lo que parece.

Consejos para el día a día — breves y claros

Reglas prácticas que funcionan de inmediato: beber mucha agua (sin gas), ropa ligera, llevar sombrero y evitar el sol directo entre las 12 y las 17 h. ¿Coche al sol? El interior puede alcanzar 60 °C: nunca dejar a niños o animales solos dentro. Y para los turistas: planificar paseos temprano por la mañana o por la tarde.

Mirada al futuro: planificación urbana, zonas verdes y cambio de comportamiento

A largo plazo, Mallorca necesita un cambio de mentalidad: más vegetación urbana, más sombra en plazas y paseos, construcciones resistentes al calor y dejar atrás una óptica puramente orientada al turismo que ignore los extremos climáticos. Esto implica decisiones políticas: plantar árboles, usar pavimentos permeables, enfriar cubiertas y realizar inversiones en almacenamiento de agua.

Sí, suena a visión de futuro. Pero en un domingo caluroso como hoy se siente que hay que actuar con rapidez. El calor no es una anécdota. Cambia los ritmos del día, las condiciones laborales y las relaciones de vecindario. En la plaza la gente buscaba sombra; una vecina mayor suspiró: «Antes no era así.» Debemos escucharla — y actuar.

Aemet actualiza las alertas cada hora. Quien pueda ayudar, que revise a vecinos mayores o comunique emergencias relacionadas con el calor cuanto antes. Mallorca es resistente. Pero la resiliencia no surge por sí sola. Necesita planificación, vecinos y algo de pragmatismo sano.

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