Mallorca Magic Logo
Quioscos recién renovados de Palma cierran tras solo un año — los concesionarios apagan el negocio

Quioscos recién renovados de Palma cierran tras solo un año — los concesionarios apagan el negocio

👁 2487

Cinco quioscos municipales en Palma, modernizados en otoño de 2024, cerrarán definitivamente a finales de mes. Los concesionarios denuncian pérdidas, oferta limitada y demasiadas exigencias.

Justo antes del invierno: los quioscos de Palma se rinden

Hace menos de un año lucían relucientes: nuevos colores, vitrinas modernas, fotos para el folleto. Ahora cinco quioscos municipales en Palma cierran sus puertas de forma sorprendente. Los concesionarios aseguran que el proyecto no fue sostenible: tras meses en números rojos no renovarán los contratos de arrendamiento y desalojarán los puestos a finales de este mes.

Fin económico en lugar de un nuevo comienzo

Las personas que atienden los puestos hablan de un balance amargo. Dicen que en los últimos meses inyectaron dinero de forma regular y que al final esperan pérdidas totales en el rango medio de seis cifras. Los pequeños empresarios que vendían periódicos, golosinas y algunos tentempiés simplemente tuvieron muy poco margen para cubrir los costes fijos.

¿Por qué fracasó? Las restricciones

De gran importancia fueron las exigencias que limitaron las ventas: no se permitían bebidas calientes como cappuccino o chocolate para no competir con las cafeterías cercanas. Tampoco se instalaron cajeros automáticos o taquillas para paquetes que prometían ingresos adicionales. Además hubo problemas prácticos: algunos puestos, por ejemplo, no tenían agua corriente, lo que limitaba mucho las posibilidades de venta de comida.

Barrio, turistas, recuerdo

Los quioscos afectados estaban en lugares familiares: delante de la Bar Bosch, en la Plaça Mercat, junto al mercado del Olivar y en la Plaça Progrès. Para paseantes y personas mayores eran a menudo algo más que un puesto de periódicos: una frase rápida, una pequeña charla, el efectivo para la visita al mercado. "Se tiene la sensación de que desaparece algo cotidiano", dijo una vecina que compraba el periódico cada mañana.

La vida no ha sido más fácil para las cafeterías, comentó con sequedad un comerciante local que lleva décadas trabajando en la plaza. Algunos residentes se quejan de que las decisiones administrativas y las condiciones de las licitaciones fueron demasiado rígidas. Otros son pragmáticos: el ayuntamiento quiere estándares y orden, pero los concesionarios dicen que esas reglas cortaron las fuentes de ingresos.

¿Qué queda?

Al final está la pregunta de cómo deben gestionarse los servicios municipales: como puntos de encuentro social o únicamente como ingresos por alquiler. Quizá la discusión se intensifique ahora que se pierde un fragmento visible del paisaje urbano. Para los concesionarios la cosa está clara: sin ingresos adicionales y sin la posibilidad de operar el quiosco como antes, el negocio no compensa.

La despedida de los quioscos es más silenciosa que su reapertura hace un año. Los clientes habituales lo notarán — y quizá se pregunten qué vendrá después.

Noticias similares