Terminal del aeropuerto inundado en Ibiza con maletas mojadas y personal de emergencia trabajando

La tormenta 'Alice' expone debilidades: aeropuerto inundado, carreteras arrasadas

👁 8732✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

Alice ha golpeado duramente partes de las Baleares: terminal en Ibiza inundado, la MA-15 en Porto Cristo bajo el agua. Una llamada de atención para mejorar drenajes y planes de emergencia.

Alice muestra sus colmillos: por qué esta tormenta deja algo más que calles mojadas

Cuando los primeros relámpagos cruzaron el cielo vespertino sobre las Baleares y las sirenas de los equipos de emergencia sonaron como advertencias lejanas, quedó claro pronto: esto no era un chaparrón común. Hacia las 18:30 horas el cielo abrió sus compuertas y en cuestión de minutos las calles de los pueblos se convirtieron en arroyos, las plazas en pequeños lagos. En Ibiza el agua goteaba desde el techo de la terminal, en Mallorca hubo coches medio sumergidos —lo más dramático en la MA-15 cerca de Porto Cristo, el acceso a la Cala Romántica fue arrastrado en varios tramos.

Lo visible e inmediato: daños, evacuaciones, vuelos cancelados

Testigos relatan maletas mojadas en las cintas transportadoras, viajeros resignados y áreas cerradas con prisas en el aeropuerto. Algunos vuelos tuvieron que ser desviados o cancelados. En Mallorca fueron sobre todo las calles estrechas de los núcleos costeros y los accesos a los hoteles los que quedaron intransitables. Las imágenes mostraban agua golpeando fachadas, barredoras apartando masas lodosas, tractores transportando sacos de arena —típico de Mallorca: algo de improvisación y mucho esfuerzo.

La pregunta clave: ¿estábamos preparados, y si no, por qué?

La respuesta sencilla es: en parte. Los servicios de protección y rescate actuaron con rapidez, las apps de aviso y los SMS alcanzaron a muchos hogares, y las personas evacuadas encontraron cobijo en locales municipales. La respuesta limitante es: las infraestructuras mostraron vulnerabilidades que dejan muchas preguntas. ¿Cómo pudo el agua entrar con facilidad por el techo de una terminal en un aeropuerto moderno? ¿Por qué la MA-15 se transformó en cuestión de minutos en un cauce furioso?

Detalles poco visibles que ahora importan

Primero: muchas alcantarillas en ciudades antiguas no están diseñadas para precipitaciones extremas y puntuales. Pueden gestionar lluvias moderadas y continuas, pero no trombas de agua que caen sobre superficies selladas. Segundo: los torrentes —los cursos naturales de desagüe— se acortan o estrechan por la construcción y la falta de mantenimiento. Si esas ramblas no se descolmatan con regularidad, el paisaje pierde su función de amortiguación natural. Tercero: la planificación de edificios y aeropuertos suele centrarse en ciclos climáticos normales a largo plazo, no en eventos extremos súbitos.

Reacción y coordinación: buena, pero mejorable

Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil y bomberos trabajaron toda la noche. Aun así, ciudadanos relatan demoras en la información en algunos barrios y señalización insuficiente en las carreteras secundarias. En la práctica se ve que las alertas rápidas suelen ser digitales —los mayores sin smartphone no siempre las reciben—. En algunos barrios hubo cortes de electricidad temporales por disparos de los fusibles causados por el agua. Las evacuaciones se ejecutaron de forma ordenada, pero los albergues improvisados no son solución a largo plazo.

Oportunidades concretas y propuestas de solución

El temporal es también una llamada de atención. A corto plazo los municipios deberían descolmatar sus torrentes, revisar sumideros y priorizar zonas de riesgo como la MA-15. A medio plazo se necesitan más áreas de retención e infiltración: embalses de recogida de aguas pluviales, pavimentos permeables en nuevas urbanizaciones, tejados verdes en hoteles de la costa este y revisiones sistemáticas de terminales aeroportuarias para detectar puntos débiles. Pasos importantes serían también:

- Ampliar las cadenas locales de alarma, que no dependan únicamente del móvil (sirenas, SMS, mensajes en radio).
- Ejercicios de emergencia periódicos con municipios, hoteles y aeropuertos, para que los procedimientos funcionen.
- Incentivos financieros para acumulación privada de agua, desescombro de suelos urbanos y programas que fomenten una planificación urbana sensible al agua.
- Mejor mantenimiento de los torrentes naturales, que antiguamente drenaban la isla —sin ellos falta un almacenamiento intermedio.

Qué hacer ahora — medidas prácticas y rápidas

Para los vecinos: revisar sótanos, fotografiar daños y notificar al seguro. Eviten calles anegadas (la MA-15 en dirección a Porto Cristo sigue siendo crítica) y sigan las instrucciones de los equipos de emergencia. Para los municipios: priorizar la reparación de accesos arrastrados y la comprobación de puentes y diques. Para empresas turísticas: actualizar planes de emergencia, informar con transparencia a los clientes y proteger plantas bajas ante inundaciones repentinas.

Un día a día después

La mañana siguiente olía a asfalto mojado y tierra húmeda; los pájaros empezaron a trinchar otra vez, los tractores ronroneaban y en algunos paseos se estaba quitando el barro a pala y llenando sacos. Una vecina dijo con frialdad: “Nunca había visto algo así aquí”. La isla muestra ahora su cara más dura. Alice ha hecho visibles debilidades —y con ello ha abierto una oportunidad para ser más inteligentes y resistentes.

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