Personas conversando en una calle de Mallorca con el mar y palmeras al fondo

Amor, sol y cámara: nuevo reality show televisivo busca expatriados en Mallorca

👁 3287✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

Un nuevo programa televisivo alemán busca a personas que viven en Mallorca y quieren encontrar el amor en su vida cotidiana. Cómo funciona el casting, qué espera a los candidatos y por qué la isla es algo más que una postal romántica.

Amor, sol y cámara: nuevo reality show televisivo busca expatriados en Mallorca

Sol de tarde, rumor del mar y el aroma de una ensaimada recién hecha — para muchos en la isla eso es la vida cotidiana. Para un nuevo reality show alemán, esa sensación de día a día podría convertirse ahora en escenario. Una productora ha iniciado un casting que busca específicamente a personas que ya viven en Mallorca y que de verdad están buscando una relación.

A diferencia de los formatos habituales con villas semanales y citas preparadas, según la convocatoria aquí se trata de los pequeños encuentros del día a día: conversaciones en el paseo, compras en el mercado de Santa Catalina o un espresso en la panadería favorita. No es una idílica postal de vacaciones montada por unos días, sino historias que surgen entre el camino al trabajo, el saludo a la vecina y la puesta de sol en la playa.

Lo que deben saber los aspirantes

La participación requiere algunos datos básicos: ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en el extranjero?, ¿por qué hasta ahora no ha funcionado la búsqueda de pareja? y ¿cómo imagina a su pareja ideal? Además se solicita una foto reciente y un enlace a un perfil público en redes sociales. La productora subraya que buscan residentes reales —no huéspedes que viajan solo unos días.

Consejo práctico: Prepare una breve descripción (1–2 párrafos). Mencione detalles mallorquines concretos: su playa preferida, la panadería donde toca cada mañana o por qué el mercado del sábado es imprescindible. Esas pequeñas imágenes dan vida a las personas en el casting.

Qué gana la isla con esto

A primera vista suena a entretenimiento televisivo —y seguro que lo será. Pero los formatos que muestran capas de la vida cotidiana pueden devolver más: visibilidad para comercios locales, un retrato de distintas comunidades de expatriados y, no menos, una imagen más matizada de Mallorca más allá de la postal. Si el rodaje se hace con tacto, la isla puede beneficiarse: pequeñas cafeterías, mercados y playas reciben atención que también podría fomentar un turismo más sostenible.

En el mercado de Santa Catalina por la mañana suena el murmullo de los vendedores, en algún sitio la cubertería de un pequeño bistró hace ruido y las gaviotas llaman sobre Portixol —esas escenas están más cerca de la realidad que noches en una villa escenificada. Eso hace que el concepto resulte simpático y potencialmente útil, si los productores buscan realmente historias sinceras.

En qué hay que fijarse

Por supuesto, un proyecto así también tiene su lado oscuro. Las cámaras en la vida cotidiana cambian las dinámicas: los amigos se comportan diferente, las mascotas pueden ponerse nerviosas y no todo el mundo quiere que historias íntimas salgan en la tele. Los aspirantes deberían preguntar con detalle cuánto se grabará, qué autorizaciones y qué posproducción está prevista. Es recomendable un acuerdo claro sobre la remuneración, los derechos del material y la posibilidad de retirar escenas posteriormente.

Quien no tema ponerse delante de la cámara debe aun así proteger su privacidad: conversaciones sobre salud, problemas familiares o temas sensibles no siempre pertenecen a un formato de salón. Y tener expectativas realistas ayuda: el amor televisivo suele ser un principio, no siempre una garantía de vida en común.

Cómo postularse

El casting se realiza en línea; el formulario de inscripción está en la página de la productora. Además de los datos mencionados, conviene adjuntar un breve vídeo (30–60 segundos) en el que cuente dónde vive en Mallorca y por qué la isla es tan importante para usted. La autenticidad gana a la perfección —quien tenga aún migas de croissant en la chaqueta por la mañana y se ría al contarlo parece más cercano que selfies perfectos.

Y si se pregunta si realmente merece la pena: una vecina de Cala Mayor comentaba recientemente riendo que ya tiene café, amigos y vistas —solo le falta la otra mitad. Quizá algunos de ellos encuentren esta vez precisamente entre el paseo y la playa a la persona con la que compartir los atardeceres.

Enlace para inscribirse: tv-gesichter.de › Sección «Amor en el extranjero – Expatriados»

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