Camas llenas, alegría plena: refugios de la Tramuntana completos en el fin de semana festivo

Camas llenas, alegría plena: refugios de la Tramuntana completos en el fin de semana festivo

👁 2173✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

Durante el largo fin de semana de la Constitución, los siete refugios gestionados por el Consell estuvieron ocupados: 615 pernoctaciones, un once por ciento más que el año anterior. Para 2026 se prevén más fondos para mantenimiento.

Camas llenas, alegría plena: refugios de la Tramuntana completos en el fin de semana festivo

615 pernoctaciones en siete refugios – Los locales aprovechan las montañas para excursiones en grupo

En el largo fin de semana de la Constitución la Serra de Tramuntana volvió a ejercer su imán: los siete refugios gestionados por el Consell de Mallorca estuvieron completamente llenos. 615 personas pernoctaron en los alojamientos de protección, lo que supone alrededor de un once por ciento más que en el mismo periodo de 2024. En los caminos hacia Tossals Verds, en las sendas empinadas bajo el Puig Major y alrededor de Deià y Sóller se veía a grupos con mochilas repletas, niños, parejas mayores y propietarios de perros, una imagen colorida que olía a fin de semana, aire fresco y bocadillo.

La afluencia no es solo una moda turística. Muchos mallorquines aprovecharon los días libres para realizar pequeñas rutas de varios días con familiares o amigos. La escena de primera hora en la estación de autobuses de Sóller: voces inclinadas sobre mapas, el repiqueteo de bastones de senderismo, un café con leche en vasos desechables; momentos cotidianos que muestran lo cerca que están las montañas de los residentes.

Para los refugios, la creciente demanda implica más trabajo: limpieza, transporte de material, gestión de los dormitorios y mantenimiento de los senderos. El Consell de Mallorca se encarga de estas tareas y ya ha anunciado partidas para 2026: el presupuesto para el mantenimiento y la gestión de los refugios y las fincas públicas irá a crecer un once por ciento, hasta rondar los 2,8 millones de euros. El dinero se destinará, entre otras cosas, a obras de reparación de senderos, al suministro energético y a medidas para hacer el funcionamiento más resistente a las inclemencias meteorológicas.

Sobre el terreno se nota que esa inversión es tangible. En algunas vías de acceso ahora hay contenedores más grandes con material de repuesto, y en otras zonas se ha asegurado la mampostería suelta. No todo es nuevo, pero para las encargadas y los encargados de los refugios y los voluntarios, esas cantidades suponen un alivio: pueden planificar reparaciones necesarias en lugar de parchearlas a corto plazo.

La ocupación completa también ha dinamizado pequeños negocios locales. En Port de Sóller, en la Plaça de la Constitució de Fornalutx o en las pequeñas bodegas del valle se registraron más pedidos por las tardes. Los grupos de senderistas refuerzan la cultura del café local, la pequeña tallerería, la creciente demanda de servicios de traslado entre pueblos y aparcamientos: aspectos que en el día a día suelen pasar desapercibidos.

Por supuesto, el aumento de visitantes también plantea desafíos: aparcamientos llenos, senderos más concurridos en algunos tramos y la recurrente cuestión de la reducción de residuos. Quien ama la Tramuntana se encarga de que así se mantenga: llevarse la basura de la mochila, permanecer en los senderos señalizados, actuar con prudencia respecto al fuego (también en invierno) y respetar las fincas privadas son normas sencillas que todos pueden seguir.

La imagen de los refugios llenos es para Mallorca una pequeña y reconfortante señal: las montañas funcionan como espacio de recreo cercano, lugar de encuentro y motor económico para pueblos que viven del turismo tranquilo. La decisión de destinar más dinero al mantenimiento muestra que se quiere conservar la infraestructura, no como fin en sí mismo, sino para que los refugios resistan inviernos tempestuosos y los senderistas puedan alojarse con seguridad.

Quien ahora tenga ganas de montaña: los refugios están gestionados y las reservas se hacen a través de los canales oficiales del Consell. Un consejo práctico: si puedes ser flexible, elige días fuera de los fines de semana largos y parte temprano desde el núcleo del pueblo para disfrutar de los tramos tranquilos de la Tramuntana antes de que lleguen los senderistas del día. Así la pausa al sol en un muro de Fornalutx resultará aún más agradable.

Conclusión: Los refugios llenos son algo más que una estadística. Demuestran que la Tramuntana sigue siendo importante para la sociedad insular: como punto de encuentro, como pequeño campo de trabajo para los pueblos y como recordatorio de que las inversiones en senderos y refugios repercuten directamente en la vida cotidiana.

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