Tras años de fuertes aumentos de alquileres, las cifras muestran las primeras señales de calma; aun así, para muchos hogares la situación sigue siendo tensa.
Menos presión en el frente de los alquileres, pero no hay motivo para respirar hondo
En una mañana ventosa en Palma, en un café en la Carrer de Sant Miquel, escuché a dos vecinos hablar de los aumentos del coste de vida. La noticia de que los alquileres subieron recientemente solo alrededor de un 1,6 por ciento y promedian alrededor de 20 euros por metro cuadrado se siente, sin embargo, ambivalente. Para algunos es la tan esperada tregua. Para otros no basta.
Qué significan realmente las cifras
Asociaciones de inmobiliarias e agentes hablan de una primera estabilización. En el mercado parece dibujarse un cambio de tendencia, dicen. Prácticamente: en vecindarios populares como Santa Catalina o el Passeig Marítim las ofertas ya no suben tan rápido como hace un año. En zonas tranquilas, los propietarios siguen viendo demanda, especialmente de inquilinos a largo plazo que no quieren ceder ante apartamentos vacacionales más baratos.
Expertos advierten que la calma medida es fácilmente engañosa. Los precios de compra de casas y pisos siguen subiendo con fuerza. Por lo tanto, quien no sea ya propietario se siente a menudo atrapado entre precios de compra en aumento y una presión de alquiler que desciende muy lentamente.
Los residentes sienten la carga
En el barrio se oyen ejemplos prácticos: una madre soltera en Son Gotleu dice que ya paga tanto que apenas queda dinero para extras como cursos de idiomas o ir al cine. Un joven profesor en Inca dice que está pensando si debería buscar vivienda más barata en la península. Estas historias muestran: la relajación estadística no llega a todos al mismo tiempo.
Las administraciones municipales están evaluando ya varias medidas, desde topes de alquiler hasta más vivienda promovida. Los políticos municipales destacan que se debe encontrar el equilibrio entre turismo, segunda vivienda y las necesidades de los residentes. Suena lógico. Pero es complicado.
Mirada hacia el futuro
A corto plazo la relajación parece un respiro ligero. A largo plazo quedan preguntas: ¿Se creará más vivienda asequible? ¿Se endurecerán los controles contra el alquiler de corta duración abusivo? ¿O simplemente necesitamos más viviendas, construidas con medida y consideración por los vecindarios?
Quien vive en Mallorca sabe: el tiempo puede cambiar rápidamente. Esto también se aplica al mercado inmobiliario. La relajación actual es una oportunidad. Pero no una garantía. Seguiré observándolo, y en cuanto tenga la oportunidad volveré a la esquina del café para escuchar lo que realmente piensan las personas.
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