Caro y Andreas Robens organizaron una fiesta temática en su casa recién renovada en Ses Palmeres. Alrededor de 70 invitados, una alfombra roja y muchas risas: así fue la noche.
Una noche ruidosa y colorida en Ses Palmeres
El sábado por la noche sonaba el tic-tac en el camino de gravilla hacia la casa en Ses Palmeres: zapatos rojos, gafas de sol a la luz de linternas y una fila de invitados que, de alguna manera, todos reían demasiado alto. Caro y Andreas Robens habían organizado una fiesta temática —con el guiño de ojo de una pareja que sabe exactamente cómo provocar y celebrar.
Alfombra roja, bebidas y rostros conocidos
Alrededor de 70 personas se reunieron; algunas se conocían, otras llegaron con curiosidad. En la pequeña alfombra roja posaron los visitantes, las cámaras hicieron clic, y junto a la piscina había cócteles de colores. Entre los invitados estaban el actor Martin Semmelrogge, el YouTuber Stefan "Schmidi" Schmidt y el ex presentador Jörg Dahlmann. El dúo de influencers Lisha y Lou también rondaba, se dejó fotografiar y se quedó hasta tarde.
Los anfitriones tenían el tema claro: llamativo, un poco exagerado y con grandes risas. Cadenas de oro, gafas de sol al atardecer y el tintineo de cadenas: todo era para la diversión, no para la contención. En Mallorca, algo así, por supuesto, provoca conversación; en los cafés de la mañana siguiente todavía se oía alguna anécdota.
Una casa que cuenta historias
La propiedad se ubica en una gran parcela; el estilo no es de fábrica nueva, sino que tiene carácter. Aproximadamente 300 metros cuadrados de vivienda, varias habitaciones, seis baños, terraza y, claro, una piscina, que esa noche arrojaba reflejos de luz como bolas de discoteca. Caro y Andreas contaron a los invitados que habían puesto mucho de su parte: desde cambiar ventanas hasta nuevas juntas y una electrónica completamente renovada. Cuatro perros y una gata observaban la actividad, como si revisaran listas de invitados personales.
Una frase que Andreas soltó al margen: “Si la calefacción vuelve a fallar, llamamos a los técnicos, pero sin drama.” Eso dice mucho: una casa en Mallorca quiere cuidarse, y sobre todo en las propiedades más antiguas se nota rápido dónde está el trabajo. Calefacción central de gasóleo, juntas de neopreno y una renovación minuciosa han dado al lugar una nota más acogedora.
Entre alboroto y alegría
Estas noches no son un tema político; son entretenimiento. Puedes gustarlas o no. En la isla hay lugar para ambos: una vida mediterránea sencilla y fiestas ruidosas, en las que las voces se extienden sobre la piscina hasta altas horas. Los Robens lograron exactamente eso: atención, risas y imágenes de las que todavía se hablará —al menos hasta el próximo tema.
Conclusión: Una celebración privada que fue más que solo cava junto a la piscina. Un poco de alboroto, mucho espectáculo y una casa que al final de la noche volvió a ser un hogar, con un poco más de historias en la maleta que antes.
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