Carros de equipaje y pasajeros en el aeropuerto Son Sant Joan (Mallorca)

Ryanair amenaza con nuevos recortes: ¿qué riesgo corre Mallorca?

👁 8240✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

Ryanair anuncia nuevos recortes de capacidad en España. Para Mallorca eso significa potencialmente menos vuelos, precios más altos y presión sobre el empleo: es hora de estrategias concretas.

Ryanair advierte — y Mallorca escucha: ¿Se avecina un nuevo déficit de capacidad?

En una tarde ventosa de martes en el aeropuerto de Son Sant Joan los carros de equipaje suenan más de lo habitual. Bajo la zona de salidas, clientes habituales están sentados en los cafés, discuten en voz baja y miran el móvil una y otra vez. El motivo del nerviosismo: el jefe de Ryanair, Michael O'Leary, ha vuelto a amenazar con reducir las capacidades en España, como reacción a un aumento de tasas por parte del operador AENA de alrededor del 6,5 por ciento.

La pregunta clave

¿Será Mallorca visiblemente menos accesible si aerolíneas de bajo coste como Ryanair recortan más plazas? Esto es algo más que una pregunta económica. Se trata de visitantes de fin de semana, viajeros de negocios, trabajadores temporales, pero también de la carga que debe llegar a tiempo a las cocinas de los hoteles y a los supermercados. Y, por supuesto, de los empleos en los taxis, restaurantes y el sector de eventos.

Lo que ha ocurrido hasta ahora — breve explicación

Ryanair ya ha eliminado varios cientos de miles de asientos de su red española para 2025. En la isla eso se traduce en menos conexiones, horarios más ajustados y la expectativa de: precios al alza en la pretemporada y en otoño. AENA responde con dureza y habla de representaciones distorsionadas. En los pasillos del aeropuerto, sin embargo, no se oyen debates abstractos de empresa, sino preocupaciones cotidianas: guías turísticos con una sonrisa nerviosa, hoteleros que ven menos reservas de escapadas de fin de semana y taxistas que, en semanas de tormenta, ya gestionan aparcamientos llenos.

Lo que a menudo falta en el debate público

1. Estacionalidad de la demanda: La economía de Mallorca depende en gran medida de flujos de reservas irregulares. Una conexión cancelada en otoño afecta más a los pequeños negocios que a las grandes cadenas hoteleras.

2. Suministro interconectado: No solo los turistas llegan en avión. Repuestos para máquinas, alimentos especiales para hoteles y cargas con tiempos críticos usan las mismas conexiones. Menos frecuencia aumenta el riesgo de problemas de suministro.

3. Competencia y mecánica de mercado: Ryanair no solo muestra su descontento por las tasas, sino que también prueba su poder de negociación. Si una aerolínea grande como Ryanair se retira, queda hueco para otros proveedores, pero no está claro si estos pueden intervenir a corto plazo y de forma rentable.

Riesgos concretos para Mallorca

Menos asientos significan a corto plazo billetes más caros, menos flexibilidad para viajeros de última hora y una posible redistribución de vuelos a otros aeropuertos del Mediterráneo que ofrezcan tasas más bajas. Hoteleros en zonas como Portixol ya informan de caídas notables en reservas espontáneas: «Cuando una conexión desaparece, lo notamos en el desayuno», dice un gerente de hotel.

Lo que la isla puede hacer — propuestas concretas

El debate no puede limitarse solo a Ryanair y AENA. Los representantes políticos de Mallorca, el aeropuerto y el sector turístico deben actuar ahora en tres frentes:

1. Negociar y acompañar: Evaluar incentivos a corto plazo para rutas clave —no como subvención permanente, sino como puente hasta que otros proveedores aumenten su oferta. Al mismo tiempo, las estructuras de tasas deberían ser más transparentes, para que operadores y municipios sepan por qué pagan.

2. Diversificar los proveedores: Contactar activamente con otras aerolíneas de bajo coste y de red, apoyar el lanzamiento de nuevas rutas y acordar frecuencias estacionales que reduzcan la dependencia de un único operador.

3. Gestionar la demanda: Mallorca debería hacer la pretemporada más atractiva: congresos, eventos deportivos, festivales gastronómicos —todo lo que genere reservas fuera de la temporada alta y estabilice la demanda. Así la isla será menos vulnerable a variaciones puntuales de capacidad.

Una perspectiva realista

Las amenazas también pueden ser simplemente piezas de negociación. Pero para que la isla no salga perdiendo, ahora se necesitan pasos coordinados. Las conversaciones deben desarrollarse de forma pública, para que no solo se manipulen cifras sino que se encuentren soluciones. Eso significa: una comunicación más clara por parte de AENA, ofertas de negociación serias por parte de la representación insular y un plan B por si Ryanair llega a trasladar rutas.

Hasta entonces, los viajeros deberían planificar con antelación, comparar precios y explorar alternativas —y la administración insular no puede limitarse a escuchar en los cafés del aeropuerto, debe actuar.

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