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Salas de espera vacías en Palma: la protesta de médicos provoca un parón el viernes

Salas de espera vacías en Palma: la protesta de médicos provoca un parón el viernes

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Cientos de médicos cerraron sus consultas el viernes y se dirigieron a Palma; el centro se llenó de protestas mientras las salas de tratamiento quedaron vacías.

Sillas vacías, silbidos fuertes: Así fue el viernes en Palma

Al mediodía del viernes, algunas consultas en Palma parecían estar muertas. Aquí no había citas reprogramadas, ni teléfonos que sonaran con timbre suave; en cambio, en el Paseo del Borne se alzaban voces cada vez más altas: cientos de médicos habían cerrado sus consultas y se habían reunido frente a la Delegación del Gobierno en Palma para protestar contra un nuevo marco para la atención sanitaria.

Estuve allí alrededor de las 12:30. El sol asomaba entre algunas nubes, soplaba un molesto tramontana, y entre las batas blancas se agitaban pancartas. Algunos gritaban consignas, otros estaban quietos y hablaban en voz baja sobre las horas extra, contratos temporales y el miedo de que una nueva ley les quite derechos en lugar de ganarlos.

¿Qué propone exactamente?

La demanda central es un estatuto profesional autónomo para médicos y médicas. Muchos entre la multitud me dijeron que se habían sentido agotados y subvalorados en los últimos años. El sindicato Simebal habló de una participación muy alta; especialmente entre los especialistas la participación fue casi general. Un médico en sus cuarenta dijo que hace su trabajo para ayudar, no para destrozarse.

Los servicios de guardia siguieron activos, señalaron los responsables. Nadie habló de poner en peligro a los pacientes, aseguraron. Sin embargo, para muchos, citas rutinarias implicaban dificultades de acceso y exámenes pospuestos. En la recepción de una pequeña consulta de medicina general en las afueras de la ciudad colgaba un cartel escrito a mano: hoy cerrado — huelga médica. En casos de emergencia 112.

Voces desde la multitud

Miguel Lázaro, el presidente del sindicato médico local, calificó la participación de masiva y habló de protección de los derechos profesionales. Otros exigieron la dimisión de la ministra de Sanidad y una renegociación del borrador. En las pancartas se leía: la dignidad de nuestra profesión debe permanecer — palabras sobrias que, sin embargo, llevaban emoción.

El gobierno defiende la reforma

Desde Madrid se afirma que la reforma busca reducir el trabajo precario, revisar los servicios de guardia y, tras años de estancamiento, crear un marco moderno. El ministerio enfatizó que toma en serio el malestar, pero considera necesario el paquete.

Aunque el debate ahora se desarrolle a nivel político, se notan las consecuencias de forma práctica: pacientes con preguntas de rutina esperaban fuera, las citas debieron ser reprogramadas, y en algunos portales hospitalarios se acumulaban las consultas.

¿Qué queda?

La protesta fue ruidosa, visible y llena de determinación. Si logrará cambiar la ley prevista es incierto. Para muchos aquí en la isla, la vista de salas de espera vacías fue una señal inusual: cuando las médicas y médicos dan un paso atrás, se nota de inmediato cuán indispensables son para la vida cotidiana. El debate seguramente durará más; y personalmente espero que al final exista una solución que proteja a las médicas y no deje a las pacientes bajo la lluvia.

Sobre el lugar: Palma, Delegación del Gobierno, viernes, 12:30–14:30 horas. Muchas consultas participaron; la atención de emergencia se mantuvo.

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