Coches clásicos y arte durante la Car Week 2025 en Andratx

Cromo, arte y un toque de espresso: Car Week 2025 en Andratx

👁 4820✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

Coches clásicos, objetos de diseño y galerías rodantes: la Semana del automóvil en el suroeste de Mallorca combina el romanticismo de los motores con el arte y el compromiso social — un acontecimiento otoñal en Andratx.

Cuando los motores ronronean y las pinceladas brillan

Huele a cera y espresso, en algún lugar hace clic una cámara — y en medio del bullicio otoñal del suroeste, coches clásicos, vehículos de carrera y objetos de diseño recorren las calles de Mallorca. La Car Week 2025 volvió a poner en marcha la mezcla de espectáculo, rally y cultura. Por las mañanas en Andratx se ven personas con chaquetas ligeras puliendo los guardabarros, mientras en la bahía un bote de pescadores navega lentamente. Los niños se quedan paralizados, con los ojos abiertos, cuando pasa un Jaguar E-Type. Son esas imágenes las que hacen que el evento sea tan especial aquí.

Concours, recorridos y una galería sobre ruedas

El punto culminante oficial espera en el extenso recinto del Golf d’Andratx: el Concours d’Elegance, una especie de concurso de belleza para coches en el que se evalúan forma, color y procedencia con ojo crítico. La valoración comienza alrededor de las 11:00, la entrada cuesta 10 euros por persona; los jóvenes menores de 16 años entran gratis. Quien llega temprano consigue un puesto en el fairway y ve los coches a la luz de la mañana — una imagen que merece la pena.

Junto al Concours, los recorridos se presentan como trayectos tranquilos pero impresionantes. El Russell Stevens Drive serpentea por carreteras estrechas flanqueadas de palmeras y campos de almendros. En el Womens Art Drive el vehículo se convierte en objeto de exposición: los visitantes, entre otras actividades, se dirigieron al museo Sa Bassa Blanca y vieron en Palma, en la Gerhardt Braun Gallery, un Maserati Ghibli como pieza artística. Una galería sobre ruedas, en definitiva — y el público aplaude no solo el rugir del motor, sino también el deleite visual.

Más que olor a gasolina: compromiso social

Lo refrescante de la Car Week es que el brillo aquí va acompañado de responsabilidad. Parte de los ingresos se destina a proyectos de ayuda locales, concretamente a programas que apoyan a familias jóvenes con alimentos y artículos para bebés. Voluntarios preparan cajas, registran donaciones y cargan sacos con manos expertas. Esta ayuda práctica da peso al evento: se nota que aquí realmente queda algo más que cromo pulido.

Arte sobre ruedas y pequeñas islas culturales

El proyecto «Arte Sobre Ruedas» reúne galerías y diseñadores de vehículos. Los coches sirven como lienzos rodantes — a veces en colores intensos, otras con líneas más reducidas. Por la noche los aparcamientos se transforman en pequeñas islas culturales: cenas, mini conciertos, galas. No todos los eventos son baratos, pero para los aficionados al diseño y los coleccionistas la semana se convierte en un verdadero happening. La mezcla de entusiasmo clásico por el automóvil y arte contemporáneo rara vez está tan en sintonía como aquí, entre olivares y pinos.

Un consejo para los locales: planead la mañana si queréis ver los coches con la mejor luz. Luego se llena y sube el ruido; los caminos de parqueo se vuelven un rompecabezas que los residentes solucionan con un encogimiento de hombros y un tranquilizador «Tranquilo» mallorquín. Quien prefiera evitar el bullicio encontrará pequeñas cafeterías en Port d’Andratx que sirven café fuerte y ofrecen vistas de las bellezas que pasan.

La Car Week 2025 muestra cómo mundos distintos pueden converger: estilo, carretera y solidaridad. Para la vida diaria de Mallorca significa más que un fin de semana especial — es un recordatorio de que los eventos culturales también impactan a nivel local: comerciantes, restaurantes y servicios se benefician, los voluntarios establecen nuevos contactos y uno vuelve a casa con una sensación cálida. En algún momento siempre alguien grita: «¡Mira ese escape!», y todos se ríen. Así suena un día de otoño en el suroeste de Mallorca.

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