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Sóller exige más control: los hoteleros advierten sobre la escasez de agua

Sóller exige más control: los hoteleros advierten sobre la escasez de agua

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Debido a la sequía persistente, los operadores hoteleros en Sóller exigen controles más frecuentes del consumo de agua en viviendas de alquiler vacacional, con lecturas diarias en lugar de trimestrales.

Hoteleros en Sóller exigen una supervisión más estricta del agua

Es uno de esos secos días de septiembre en Sóller: el aire se distorsiona, las sillas en la Plaça están vacías, y en la gasolinera a la salida del pueblo se ven más camiones cisterna que normalmente. En medio de este sentimiento de escasez, los hoteleros se están manifestando en voz alta. Exigen al ayuntamiento reglas más obligatorias y lecturas más frecuentes en alojamientos privados de alquiler vacacional.

Contadores digitales vs. lecturas trimestrales

Muchos hoteles de la zona monitorizan su consumo digitalmente y reportan los valores diariamente. Las casas y apartamentos de alquiler privado, en cambio, solo se leen cada tres meses. Eso genera frustración. Que una casa de vacaciones tenga una gran parcela de césped o una piscina puede hacerse evidente demasiado tarde, dice una gerente de un hotel familiar en la Carrer de sa Lluna, que prefiere permanecer en el anonimato. Nos afecta a todos, especialmente ahora, cuando las reservas casi no alcanzan.

Para recordar: En Sóller hay casi tantos asientos hoteleros como viviendas de alquiler vacacional – alrededor de 3.500 plazas hoteleras frente a unas 3.200 camas de huéspedes en alojamientos privados. Con la sequía actual, temen los hoteleros que los reservorios municipales se agoten en cuestión de días.

Qué proponen los hoteleros

Se proponen: lecturas mensuales, sanciones más rápidas por consumo excesivo y una prohibición temporal de llenar piscinas privadas durante semanas especialmente críticas. Algunos incluso hablan de la instalación obligatoria de contadores digitales en objetos de alquiler turístico, al menos para objetos con jardín o piscina.

El ayuntamiento, a nuestra solicitud, solo ha dicho hasta ahora que vigila la situación y evalúa posibles medidas. Pero aún no hay decisiones concretas. En un lugar como Sóller, donde el turismo es parte de la vida cotidiana, el tema no debería esperar hasta el invierno.

En el lugar se nota la tensión: conversaciones en la panadería, unas palabras en el supermercado, los jardineros que replantean su negocio. Cada quien tiene una pequeña idea de cómo ahorrar agua, pero aún faltan controles organizados.

Si en última instancia habrá decretos rápidos o soluciones paulatinas, depende ahora de la acción de la comunidad. Para los hoteleros, hay mucho en juego: oscilaciones en el consumo de agua significan costos más altos, menos previsibilidad y, en el peor de los casos, si las reservas se agotan, un corte serio para todos los que viven del verano gracias a los huéspedes.

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