Oficina de expedición de la Tarjeta Única en la Estació Intermodal de Palma

Tarjeta Única en Mallorca: alivio con obstáculos

👁 3842✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

La nueva Tarjeta Única promete menos tarjetas en la cartera y un transporte público unificado. En la práctica, la obligatoriedad de pedir cita, los tiempos de espera de 30 días y los requisitos documentales se convierten en obstáculos. Qué funciona — y qué debe mejorarse ahora.

Alivio o trampa burocrática? La pregunta decisiva

La cuestión clave es sencilla: ¿la nueva Tarjeta Única facilita realmente la vida diaria de los residentes en Mallorca o crea sobre todo nuevas barreras? La respuesta no es un simple sí o no. En la Plaça d'Espanya, cuando el sol atraviesa la cristalera de la Estació Intermodal y el zumbido de los patinetes eléctricos sobre los adoquines se mezcla con el tintinear de las timbres de las bicicletas, se nota de inmediato: el embarque simplificado es perceptible. Pero el trámite para obtener la tarjeta exige planificación, papeleo y, a menudo, paciencia.

Cómo se entrega — y dónde falla

La tarjeta se expide en puntos centrales: Estació Intermodal Palma, oficinas de TIB en Alcúdia, Inca y Manacor, así como en ayuntamientos seleccionados y centros de atención de EMT. Es práctico que la primera emisión sea gratuita —un verdadero punto a favor para los desplazados entre Palma, Inca o Alcúdia. Pero: las citas son obligatorias. Sin cita — no hay tarjeta de plástico. Quienes se presentan de forma espontánea a menudo se encuentran con la puerta cerrada o se les cita para otra fecha.

La solicitud digital suena cómoda, pero tiene un inconveniente: hasta 30 días de espera para la emisión. Esto es más que una molestia burocrática; es problemático para personas con necesidad urgente de movilidad o con trabajos a corto plazo. En la Estació vi observé personas con alforjas de bicicleta que se mostraban visiblemente aliviadas cuando podían resolverlo todo al momento; otras tuvieron que volver sin la tarjeta.

Los documentos — pequeños pero eficaces

Los documentos requeridos no son espectaculares: original y copia del documento de identidad, certificado de empadronamiento (si no consta la residencia en el documento), autorización en caso de representación, libro de familia para menores de 14 años. Para muchos esto suena a trámite de rutina. Para recién llegados, personas mayores o residentes sin acceso a Internet, se convierte en una carrera de obstáculos. Si falta un certificado, la misión suele terminar en el próximo ayuntamiento —con tiempo de viaje adicional y frustración.

Tasas, recargas y perspectivas técnicas

La primera tarjeta es gratuita; a partir de entonces una renovación cuesta 8 euros. Las autoridades recomiendan un saldo inicial de 5 euros; se puede recargar en la máquina expendedora, en línea o al conductor del autobús (mejor con billetes de cinco euros). Técnicamente hay mejoras a la vista: a partir del primer trimestre de 2026 los autobuses de la EMT deberían aceptar pagos con tarjeta, y en el primer semestre de 2026 está prevista una versión digital. Los saldos de tarjetas municipales antiguas podrán reclamarse desde el 1 de abril de 2026 —práctico, pero los usuarios deberán tener paciencia.

Lo que queda fuera del debate público

La implantación muestra la política realista típica de la isla: buena idea, ejecución pragmática —y aspectos que rara vez se discuten en voz alta. Saltan a la vista tres problemas subestimados:

• Tiempos de espera y plazos en línea: los desplazados, los trabajadores por turnos o quienes tienen citas a corto plazo necesitan soluciones más rápidas.
• Brecha digital: no todo el mundo tiene Internet o las competencias digitales para una inscripción en línea.
• Déficit informativo en varios idiomas: en zonas con alto flujo de llegada a menudo faltan instrucciones claras en alemán o inglés.

Propuestas concretas — prácticas y locales

La Tarjeta Única puede ser algo más que una nueva tarjeta de plástico —si la administración corrige ahora ciertos puntos. Propuestas que ayudarían en la práctica:

• Fechas de entrega móviles en localidades pequeñas: un autobús o un puesto que pase dos veces al mes por Campos, Santanyí o Llucmajor.
• Código QR temporal de emergencia: quien solicite en línea recibe de inmediato un código QR limitado a 14 días como solución provisional.
• Emisión acelerada para trabajadores pendulares: citas exprés o emisiones colectivas con justificante de contrato laboral.
• Más puntos de recarga y una línea de atención inicial: especialmente en las afueras, máquinas o comercios asociados; línea de atención también en alemán e inglés durante los primeros 12 meses.
• Priorizar el pago contactless en los autobuses: si los autobuses aceptan pagos con tarjeta antes, se reducirán las colas en las máquinas.

Conclusión: una oportunidad con deberes

La Tarjeta Única es un paso acertado: menos tarjetas en la cartera, menos confusión en las paradas y la perspectiva de procesos digitalizados. Pero sin medidas de transición concretas, seguirá siendo para algunos residentes otra barrera más. Quienes soliciten ahora la tarjeta deben prever citas, tener los documentos a mano y no olvidar el saldo inicial. La administración, por su parte, debe actuar: servicios móviles, reducción de tiempos de emisión e información multilingüe harían la iniciativa realmente práctica. Entonces, en la Estació se oirá pronto solo el alegre tintinear de las bicicletas —y ya no el papeleo en las mochilas.

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