Vecinos denuncian venta de alcohol y ruido en el Paseo Marítimo a pesar de la hora de cierre

Vecinos denuncian venta de alcohol y ruido en el Paseo Marítimo a pesar de la hora de cierre

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Vecinos del Paseo Marítimo informan de grupos nocturnos, montones de basura y ventas ilegales de alcohol después de las 22:00; compras privadas y recibos de caja serían la prueba.

Cuando los bancos se convierten en barra: de noche en el Paseo Marítimo

Ya desde los últimos días cálidos se nota: el Paseo Marítimo se está llenando de nuevo, y no de paseantes, sino de grupos que llevan música alta, cartones y botellas. Oficialmente, en Palma, desde hace años rige: no se puede llevar alcohol comprado en gasolineras y tiendas después de las 22:00. Aun así, los vecinos relatan ventas regulares mucho después de la hora de cierre.

Pruebas de la vida cotidiana - recibos en vez de comentarios

Como las quejas por sí solas no ayudan, un grupo de vecinos ha tomado medidas en las últimas semanas. Personas particulares realizaron compras encubiertas y guardaron recibos: en los recibos se ven horarios como 23:05 o 23:40, me escribe una vecina de la Calle Portixol. Tales recibos son ahora el argumento tangible que quieren presentar ante la ciudad.

«Ya estamos hartos de recoger.» dice María Santos, quien dirige la pequeña asociación en la esquina de la Av. Argentina. «La gente compra, se sienta en los bancos del paseo y deja todo: botellas, cajas de pizza, toallitas húmedas. Y a menudo termina en peleas.» El tema no es nuevo, pero tras la renovación del paseo muchos vecinos sienten que regresa la vieja intranquilidad.

¿Quién es responsable? A menudo eso no queda claro

Otro punto de molestia: responsabilidades. Algunas secciones de la ribera están bajo la autoridad portuaria, otras bajo el municipio. El resultado son a menudo excusas en lugar de controles. Los comerciantes se defienden: muchos dicen que ya vendían antes de las 22:00, lo que explica en parte las observaciones. Sin embargo, los vecinos exigen ahora que se apliquen sanciones de forma rigurosa.

También son preocupantes los reportes de compras de alcohol por menores, a veces en combinación con mezclas de bebidas energéticas. Quien se sienta tarde en el Paseo escucha la misma preocupación una y otra vez: más ruido, más basura, más riesgo de conflictos simples que pueden escalar rápidamente.

Lo que exige la vecindad

La lista de demandas es breve y clara: controles más estrictos después de las 22:00, patrullas regulares, y en caso de repetición cierres temporales de comercios que sean sorprendidos. Algunos vecinos proponen también patrullas nocturnas: voluntarios que registren cuándo ocurre qué. Suena un poco a compromiso cívico que se necesita con más frecuencia cuando las autoridades tardan en reaccionar.

Fui ayer por la noche un rato al Paseo: a las 23:15 una farola parpadeó, un perro ladró, y en un banco había tres personas con latas de cerveza. Nadie fue agresivo, pero el olor a alcohol y la basura allí me recordó por qué existen las normas. El debate continuará, y para muchos vecinos está claro: no basta con hablar.

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