Cadáver en la ruina de una discoteca en Alcúdia: ¿Quién asume la responsabilidad por los lugares abandonados?

Cadáver en la ruina de una discoteca en Alcúdia: ¿Quién asume la responsabilidad por los lugares abandonados?

👁 2257✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

En la ruina de la antigua discoteca Es Fogueró Palace se encontró un hombre muerto. La Guardia Civil investiga y una autopsia aclarará la causa de la muerte. El hallazgo plantea preguntas sobre la seguridad de los edificios abandonados y la atención a personas sin hogar y trabajadores temporales.

Cadáver en la ruina de una discoteca en Alcúdia: ¿Quién asume la responsabilidad por los lugares abandonados?

Un hallazgo, muchos retos — y una pregunta central

Pregunta central: ¿Cuántos edificios abandonados y rincones olvidados necesita Mallorca antes de que la política, los propietarios y la sociedad se comprometan de forma clara con la seguridad y el alojamiento?

El jueves pasado alguien halló el cadáver de un hombre en el terreno de la antigua discoteca Es Fogueró Palace en Alcúdia. La Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones y una autopsia debe aclarar la causa de la muerte. El edificio llevaba vacío desde principios de los años 90; lo que fue pista de baile y luces de neón es hoy un esqueleto en ruinas donde de vez en cuando personas sin hogar y trabajadores temporales buscan refugio.

Es la descripción sobria de los hechos. Pero la escena en el lugar dice más: por la mañana, cuando los autobuses hacia la Playa d'Alcúdia recorren la avenida, el cuerpo de la ruina parece un cuerpo extraño entre parterres y supermercados. Las gaviotas graznan, las furgonetas de reparto aparcan y, a dos esquinas, los vendedores del mercadillo montan sus puestos. Nadie pasa por delante de esos lugares a conciencia — y, sin embargo, la negligencia chirría en pasos silenciosos.

Análisis crítico: por qué esos hallazgos no son solo “casualidad”

Los edificios abandonados en Mallorca no son un vestigio nostálgico; a menudo constituyen un vacío social y jurídico. Las titularidades son poco claras, falta mantenimiento y la vigilancia es esporádica. En ese vacío surgen riesgos: peligro de derrumbe, incendios, uso delictivo y, claro, alojamientos indignos. Cuando trabajadores temporales o personas sin hogar buscan refugio, no se trata de una tragedia aislada: refleja fallos estructurales del sistema.

La presencia de fuerzas de seguridad tras un hallazgo así es inevitable. Pero la prevención requiere más que controles puntuales. Las cerraduras y vallas técnicas no bastan: mientras haya personas que deben dormir en ruinas, cada puerta cerrada genera nuevos riesgos en otro lugar.

Lo que falta en el debate público

Faltan cifras concretas y mapas que indiquen qué ruinas en la isla están realmente en desuso y en situación de riesgo. Falta una regulación clara de responsabilidades entre propietarios, ayuntamientos y el archivo de bienes de las Baleares. Y faltan ofertas prácticas para quienes, por pobreza o por falta de tiempo, viven en esos edificios — especialmente en los picos de temporada, cuando escasean las plazas.

Además, se habla poco de las razones económicas por las que los propietarios abandonan inmuebles: cuestiones fiscales, disputas hereditarias, altos costes de rehabilitación o falta de perspectivas para una nueva utilización. Un debate público que nombre esas causas sería más útil que titulares indignados.

Escena cotidiana en Alcúdia

Imagínese la calle hacia el puerto: antes arteria de fiesta, ahora un conjunto de tiendas para turistas y rincones silenciosos. Por la noche se escucha el mar y, a la vez, murmullos de personas que buscan trabajo o alojamiento. Un trabajador temporal en camino a su habitación asiente cortésmente, una vecina mayor saca a su perro — y nadie habla con gusto de la ruina de la esquina. Hasta que ocurre algo que ya no se puede ignorar.

Propuestas concretas

1) Cartografía y registro de rehabilitación: El ayuntamiento debería crear un mapa público de edificios abandonados, con contacto del propietario y nivel de peligro. La transparencia genera presión, pero también opciones de actuación.

2) Equipos sociales móviles: En temporada alta, equipos combinados de trabajo social, salud y urbanismo deberían realizar intervenciones en ruinas conocidas. No solo control, sino asesoramiento, atención médica y derivación a albergues.

3) Medidas inmediatas ante riesgo: Vallas temporales, corte de suministro eléctrico, controles contra incendios y alumbrado de emergencia hasta que haya una solución permanente.

4) Incentivos para propietarios: Facilidades fiscales o subvenciones para la rehabilitación, ligadas a plazos. Los que no actúen podrían enfrentarse a sanciones progresivas.

5) Alojamiento para trabajadores temporales: Una oferta coordinada de alojamiento asequible y regulado reduciría el número de personas dependientes de ruinas. Empresas y hoteleros podrían colaborar con los ayuntamientos para asumir parte de la responsabilidad.

Conclusión

La pista de baile vacía de antaño se ha convertido en un monumento de advertencia: quien deja caer los espacios genera riesgos para personas y barrios. Aclarar la causa de una muerte es importante — pero a largo plazo cuenta cómo tratamos los lugares donde la gente busca protección. No se trata solo de muros y carteles. Se trata de responsabilidades claras, ofertas prácticas de ayuda y de que una isla que vive del turismo también asuma su responsabilidad hacia los más vulnerables.

Mientras ruinas como Es Fogueró Palace permanezcan olvidadas, el espacio donde pueden suceder tragedias seguirá ampliándose. Alcúdia no necesita más ruinas mudas: necesita soluciones visibles al día siguiente del mercadillo.

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