Fachada del Femina-Club en la Playa de Palma por la noche

Detención del operador — El Femina-Club permanece abierto: ¿Cuál es el precio para la Playa de Palma?

👁 5234✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

El Femina-Club en la Playa de Palma permanece abierto a pesar de que el operador alemán fue extraditado a Alemania. ¿Qué riesgos y lagunas del sistema quedan al descubierto y cómo puede reaccionar la isla?

Detención en el aeropuerto, club en pleno funcionamiento: una cuestión de Mallorca

Los titulares se cuentan rápido: a mediados de octubre fue detenido en el aeropuerto de Palma el presunto operador del nuevo club de table dance en la Playa de Palma y fue entregado a Alemania. Aun así, aquí en el paseo las luces siguen encendidas, la música retumba y por la madrugada furgonetas descargan cajas con bebidas. La pregunta principal que surge es sencilla y dura: ¿Puede un negocio con un propietario con conexiones internacionales seguir funcionando mientras está en prisión y a qué precio para los vecinos y la isla?

Qué pasó — breve y claro

La fiscalía de Múnich investiga al acusado por sospechas de fraude en subvenciones; el hombre está en prisión preventiva. En Palma, el gerente del club confirma: el local sigue abierto y los contactos se mantienen, de momento, solo a través de abogados. Al mismo tiempo, las autoridades locales han presentado denuncias contra el club por publicidad ofensiva. La rotulación de las furgonetas con motivos de bikini de gran formato ya provocó revuelo durante el verano y fue retirada; se barajan sanciones económicas.

Las zonas grises que rara vez se abordan

Ahí es donde se vuelve interesante: no solo se trata de un posible delito penal en Alemania, sino de cuestiones sistémicas que en Mallorca a menudo pasan desapercibidas entre la temporada turística y la cultura de la fiesta. Muchos de estos puntos se discuten todavía muy poco:

– Estructuras de propiedad y de gestión: ¿quién está realmente detrás de un local cuando el titular nombrado está ausente? Las sociedades pantalla, los modelos de explotación y los cambios frecuentes de directivos dificultan los controles.
– Interacción entre autoridades: las investigaciones alemanas y la administración mallorquina no se comunican automáticamente de forma fluida; eso crea ventanas temporales en las que un negocio puede seguir operando legalmente aunque haya pesquisas contra actores centrales.
– Publicidad y espacio público: la publicidad móvil que juega con motivos sexuales se mueve en una zona legal y moral ambigua. Las sanciones pueden ser altas, pero la retirada de la publicidad a menudo actúa como un parche si no se abordan las causas de las campañas.

Riesgos concretos para vecinos y la ciudad

Las consecuencias no son solo jurídicas: los residentes se quejan por las entregas a primeras horas, los residuos y el tráfico; los clientes habituales observan con sentimientos encontrados cómo el local sigue funcionando en menor medida; y la administración municipal debe sopesar entre medidas administrativas y los intereses económicos. Una posible orden administrativa podría incluir clausuras, pero hasta entonces permanecen el ruido, los autobuses coloridos y las discusiones.

¿Qué soluciones serían realistas?

En lugar de esperar solo sanciones, Palma podría actuar de forma más proactiva. Algunas propuestas concretas:

– Obligaciones de transparencia para las sociedades operadoras: al otorgar licencias debería hacerse público quién es el responsable económico —incluyendo estructuras de grupo y representantes en la isla.
– Vías de información más rápidas: un intercambio vinculante entre autoridades alemanas y españolas en investigaciones transfronterizas cerraría ventanas temporales.
– Endurecer y aplicar reglas sobre publicidad: la publicidad móvil necesita límites claros; una línea uniforme evitaría sorpresas en la Bierstraße y la Calle Llaüt.
– Medidas temporales en lugar de clausuras inmediatas: restricciones controladas de la actividad (p. ej., reducción de horarios, controles más estrictos sobre la logística de suministros) podrían dar tranquilidad a los vecinos sin destruir negocios de inmediato.
– Vía de queja local: un punto fijo de atención para las reclamaciones de vecinos con plazos claros de resolución reforzaría la confianza en la administración.

Una imagen isleña con música alta y problemas silenciosos

Quien pasea por la Playa de Palma por la noche oye la mezcla: bajos de los clubes, el grito de los taxis, el golpe de las furgonetas de madrugada y el mar al fondo. El espectáculo forma parte del modelo de negocio, pero esa imagen se vuelve más frágil cuando detrás crecen sombras legales. Para la administración insular eso significa: actuar antes de que una orden administrativa o una sentencia judicial restablezcan el orden —a menudo a costa de largos procesos y partes insatisfechas.

Conclusión: El Femina-Club permanece abierto, pero el incidente pone al descubierto lagunas estructurales: desde estructuras de gestión poco claras hasta investigaciones transfronterizas difíciles y una regulación insuficiente de la publicidad. Si Palma no quiere que casos como este se repitan, necesita reglas más claras, cooperación más rápida y una política que proteja tanto el ambiente nocturno como la tranquilidad de los barrios.

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