Schlachtfest in Sineu: Fira de Sant Tómas mit Sobrasada und Landleben

Fiesta de la matanza en Sineu: Feria de Sant Tomás atrae con sobrasada y vida rural

👁 2389✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

Este fin de semana la Fira de Sant Tomás llena las estrechas calles de Sineu de humo, música y puestos de mercado. El domingo es el punto culminante con exposiciones de animales, procesiones y abundante sobrasada para probar.

Fiesta de la matanza en Sineu: Feria de Sant Tomás atrae con sobrasada y vida rural

Del aroma de la sobrasada a las esquilas: bullicio del fin de semana en el interior de la isla

Cuando este fin de semana la Plaça Major de Sineu huele a humo de leña y a salchichas asadas, se sabe: la Fira de Sant Tomás ha vuelto. La pequeña localidad en el centro de la isla se transforma entonces en un mercado colorido donde las tradiciones se hacen visibles, audibles y, sobre todo, disfrutables en el paladar.

El eje del evento son las especialidades cárnicas y de embutidos mallorquines. La sobrasada en sus distintas variantes ocupa un lugar destacado en las mesas; junto a ella aparecen chorizo, butifarró y otras variedades menos conocidas, elaboradas por familias locales desde hace generaciones. Los puestos se alinean en las callejuelas del casco antiguo y en la plaza, los vendedores cortan degustaciones y quien tenga tiempo puede hablar con los productores: sobre recetas, cría o el punto de curación de una sobrasada.

El momento culminante es el domingo: ese día se concentran las actividades. Hay exposiciones de animales en las que los criadores muestran sus mejores ovejas y cabras. Los esquiladores demuestran su oficio, y se ven cazadores y pastores explicando antiguas formas de trabajo. Todo ello se mezcla con desfiles callejeros y música en directo, de modo que la atmósfera se parece más a una fiesta de pueblo ruidosa y alegre que a una feria aséptica.

A un lado del mercado se observan escenas típicas del interior de Mallorca: jubilados que juegan a las cartas en un banco al sol compartiendo una copa de vino tinto; niños que salen disparados entre los puestos; parejas jóvenes que disfrutan de los sonidos de las gaitas o de las bandas pop. Perros callejeros pasean y absorben los olores que flotan por las calles. Con buen tiempo invernal puede haber niebla por la mañana en los campos, que al mediodía se disipa ante el sol y calienta el ambiente.

Para la economía local la feria no es algo secundario. La Fira atrae visitantes de toda la isla, que se alojan en pequeñas pensiones, desayunan en cafés y comen en restaurantes. Para los productores de los alrededores, estos mercados son una oportunidad de venta directa sin intermediarios — contacto estrecho con gourmets incluido.

Lo que hace especial a esta feria es la mezcla entre artesanía y vida cotidiana. Se ven carniceros que aún trabajan con herramientas tradicionales junto a puestos jóvenes que ofrecen variantes modernas de la sobrasada: muy especiada, con hierbas o incluso en versión vegana. No es una contradicción, sino la muestra de que una tradición puede adaptarse sin perder su esencia.

Quien acuda debería llevar algo de tiempo. No solo para degustar, sino también para escuchar: las explicaciones de los pastores, las historias de los vendedores mayores sobre antiguas matanzas, las canciones de las pequeñas bandas. Especialmente el domingo por la mañana se congrega mucha gente que valora la convivencia entre agricultura y cultura y aprovecha la ocasión para combinar compra y conversación.

Práctico: conviene llevar ropa que pueda ensuciarse. Las plazas están en parte empedradas y en parte polvorientas; calzado cómodo y cálido protege de la humedad matinal. El efectivo sigue siendo útil, aunque muchos puestos aceptan pago con tarjeta. Los detalles sobre el programa y los horarios exactos de las exposiciones de animales aparecen en la programación que publica el ayuntamiento.

Para Mallorca la Fira de Sant Tomás significa más que placer gastronómico: preserva oficios rurales, refuerza a los productores locales y reúne a vecinos de ciudad y campo alrededor de una mesa. En tiempos en que mucho ocurre en línea, la conversación en un puesto de mercado es un pequeño y valioso contrapeso.

Mi consejo: llegar temprano, comprar un pequeño plato con varias muestras de sobrasada y luego pasear con calma por el mercado. Quien tenga curiosidad, preguntar a los productores por el origen de la carne y por el proceso — las respuestas suelen contar historias sobre familias, montañas y la vida en la isla. Así una salida se convierte en una experiencia directa del sabor y la sociedad mallorquina.

La Fira de Sant Tomás en Sineu es una escapada para los cinco sentidos. Quien venga el domingo vivirá el programa completo: animales, música, desfiles y toda la gama de embutidos. Un fin de semana que muestra cómo las tradiciones mallorquinas siguen vivas en la vida cotidiana del pueblo.

Leído, investigado y reinterpretado para ti: Fuente

Noticias similares