Patio interior de Son Gotleu acordonado tras una caída desde una azotea

Caída en Son Gotleu: una mañana dramática y la pregunta sobre la seguridad de las azoteas

👁 3678✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

Un hombre cae desde la azotea en Son Gotleu al patio interior de un bloque. Los vecinos están conmocionados, los investigadores recaban pruebas y comienza el debate sobre la seguridad de las azoteas.

Caída en Son Gotleu: una mañana dramática en el patio interior

En Son Gotleu se interrumpió bruscamente el ritmo habitual de la mañana: hacia las 07:30, cuando las vecinas abrían las ventanas y el olor a café recorría las estrechas calles, un hombre cayó desde la azotea de un bloque de viviendas al patio interior. Un golpe sordo, voces, el roce de la ropa de los intervinientes – y luego las sirenas. Los equipos de rescate trabajaron durante largo tiempo en el lugar antes de trasladar al grave herido al hospital Son Espases. El personal de emergencia describe su estado como crítico.

La cuestión central: ¿cómo pudo ocurrir?

La policía acordonó el patio interior y solicitó un peritaje técnico. Pero cabe preguntarse más: ¿fue un paso en falso, una prueba de valor arriesgada, un accidente laboral o un problema estructural del edificio? En Son Gotleu, un barrio con muchas viviendas antiguas, las azoteas planas, los registros de servicios y el acceso libre a las terrazas no son raros. Estas posibilidades aumentan el riesgo, sobre todo cuando faltan protecciones o los accesos no están señalizados.

Los testigos relatan que el hombre trató de pasar de una sección del tejado a otra. Si el alcohol, la sobreestimación de sus fuerzas o deficiencias técnicas en la barandilla influyeron, está por determinar. Los investigadores interrogan a los residentes, revisan grabaciones de vídeo y recaban pruebas. Una evaluación técnica neutral de la estructura será decisiva.

Lo que a menudo se pasa por alto en el debate público

En casos como este la atención se concentra rápidamente en el suceso concreto. Con ello quedan sin luz problemas recurrentes: falta de mantenimiento de antiguas cubiertas, protecciones insuficientes, señalización deficiente de zonas de peligro y una responsabilidad poco clara entre los propietarios, las administraciones de fincas y el ayuntamiento. Son Gotleu cuenta con muchos edificios en alquiler donde pequeñas reparaciones se posponen por motivos económicos.

Además, en muchos patios falta una rutina de primeros auxilios: no todos los vecinos están formados para actuar ante la inconsciencia o un paro circulatorio, y los desfibriladores externos automáticos (DEA) son poco frecuentes en la inmediación. A primera hora de la mañana, cuando hay pocas personas en la calle, una ayuda demorada puede ser decisiva para la vida.

Medidas concretas y propuestas de solución

El incidente podría ser motivo para evaluar medidas concretas que reduzcan el riesgo de accidentes similares. Propuestas:

Controles periódicos: inspecciones municipales de edificios antiguos para detectar deficiencias de seguridad, apoyadas por peritos técnicos que revisen los accesos a las azoteas y las barandillas.

Responsabilidades claras: información obligatoria para las partes arrendatarias: ¿quién paga, quién repara, quién asegura? Acuerdos transparentes entre propietarios e inquilinos podrían evitar la acumulación de reparaciones.

Cierres y señalización: medidas sencillas como accesos a las azoteas con cierre, barandillas robustas y señales de advertencia visibles reducen significativamente los accidentes.

Emergencias y reanimación por personal no profesional: cursos gratuitos de primeros auxilios en centros de barrio, además de más puntos con DEA en barrios densamente poblados como Son Gotleu.

Prevención sociointegradora: campañas de sensibilización en colegios y centros juveniles sobre los riesgos en las azoteas y el acceso ilegal a partes del edificio: algunos accidentes empiezan como una prueba de valor.

La mirada al vecindario

En el lugar reinaba un silencio abatido tras el accidente. Una vecina, que prefirió permanecer en el anonimato, cuenta gritos y el extraño sonido del impacto que resonó por los patios. Otros residentes se agolparon junto a la puerta acordonada; susurros y el clic de candados se mezclaban con las campanas lejanas de la iglesia. En Son Gotleu, donde a menudo varias generaciones comparten la escalera, una mañana así provoca mucha impotencia.

La policía sigue solicitando la colaboración ciudadana. "Cualquier observación, por pequeña que parezca, puede ayudar", dicen los investigadores. Los expertos subrayan: la prevención sale más barata que reparar los daños tras un accidente.

Qué queda

Una persona permanece gravemente herida en el hospital y el vecindario está conmocionado. El caso sigue abierto, pero plantea preguntas fundamentales sobre la seguridad en edificios antiguos, la responsabilidad y las pequeñas medidas, muchas veces descuidadas, que pueden salvar vidas. Son Gotleu no solo necesita investigadores, sino inversiones concretas y a largo plazo en la seguridad de los edificios y la cohesión vecinal. El silencioso conjunto de patios lanzó esta mañana un recordatorio contundente: la seguridad no surge por sí sola.

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