Jürgen Klopp y Gabriela Sabatini jugando al pádel en el Mallorca Country Club con público en Santa Ponsa

Klopp se encuentra con Sabatini: el pádel de celebridades hace vibrar Santa Ponsa

👁 5123✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

Una suave tarde de octubre, el Mallorca Country Club se transformó en un pequeño escenario: Jürgen Klopp y Gabriela Sabatini jugaron al pádel de celebridades — distendidos, encantadores y con el típico público mallorquín.

Klopp se encuentra con Sabatini: pádel de celebridades en Santa Ponsa

Sábado, ya entrada la tarde, la carretera respiraba; las motos zumbaban a su paso y el aire olía ligeramente a mar y a granos de café de los bares del paseo. En el Mallorca Country Club se escuchaba otro sonido: aplausos, el ocasional golpe de la pelota contra el cristal y el murmullo del público. En medio del bullicio estaban Jürgen Klopp y Gabriela Sabatini — una pareja que no se ve todos los días.

Entre vítores y redes

Quienes frecuentan la isla lo saben: las celebridades se mezclan, pero rara vez lo hacen con tanta naturalidad y sin pretensiones. Klopp con vaqueros y chaleco, con la típica mezcla de concentración y una sonrisa pícara, lanzó pequeñas bromas desde el banquillo hacia la grada. Sabatini, habitualmente la figura elegante de la cancha de tenis, brillaba y se mostraba sorprendentemente relajada aquella tarde. Se oían voces de niños, el destello de una foto, una pareja mayor comentando la escena — la atmósfera típica de la isla.

El partido empezó sobre las 16:30; el sol aún calentaba y el viento se llevaba de cuando en cuando los gritos del público. Una señora junto a mí susurró: “Ella le preguntó si realmente sabe jugar al pádel.” Klopp se rió; Sabatini puso los ojos en blanco — y entonces jugaron. Desenfadados, con un punto de atrevimiento.

Duelo deportivo con encanto de famosos

En el otro lado de la pista jugaban la profesional alemana de pádel Denise Hoefer y Toni Nadal, el tío de Rafael. Con sorprendente táctica y colocación rutinaria, terminaron llevando el encuentro a su favor. No fue un drama de Hollywood, sino más bien un fino equilibrio de ángulos, ritmo y pequeñas tretas — una lección para los espectadores que hasta entonces solo conocían el pádel por referencias.

Pero el resultado pasó a un segundo plano. Lo que importó fue más bien: un exentrenador de fútbol que aún tiene esa energía inquieta y una leyenda del tenis que aportó elegancia a la pista con cada golpe. Entre punto y punto hubo cumplidos, aplausos por voleas bien ejecutadas y llamadas de niños intentando imitar lo visto.

Por qué esto viene bien a Mallorca

Eventos así son más que álbumes de fotos de famosos. El pádel se ha extendido rápidamente en los últimos años en Mallorca — paredes de cristal, puntos rápidos, juego de dobles. Eso hace que el deporte sea accesible, cercano al público e ideal para salidas en familia. Un partido de celebridades aquí es publicidad gratuita: visitantes descubren nuevas instalaciones, locales encuentran tema de conversación y los clubes reciben más afluencia. Y sí, incluso los residentes habituales de Santa Ponsa se giran cuando Klopp se ríe.

Para el turismo es una mejora discreta pero sólida: más eventos significan estancias más largas, ocupación de clubes en temporada baja y un poco de brillo sin gran glamour. Es sostenible porque refuerza la oferta local — entrenadores, programas juveniles, gestores de clubes — y no solo captura apariciones efímeras bajo los flashes.

Un pequeño vistazo al futuro

¿Jugará Klopp pádel con regularidad? Quizá. Para aquella tarde fue, en todo caso, una invitación: Mallorca ofrece pistas donde estrellas mundiales juegan como cualquiera, entre olor a eucalipto y brisa marina. Y para el público queda la buena sensación de haber estado allí — un poco de orgullo, un recuerdo y probablemente el deseo de coger una pala por primera vez.

Al final, la gente se fue a casa con manchas de sol en la piel y una sonrisa en el rostro. Las motos en la carretera continuaron; en la isla se oyó durante mucho rato el eco suave de los puntos.

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