Jugadores de pádel celebrando en el Bendinat Urban Country Club durante el torneo

Pádel en Bendinat: ambiente, redes — y el aroma del espresso

👁 6132✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

El primer «El Económico Mallorca Real Estate Padel Cup» transformó el Bendinat Urban Country Club en un punto de encuentro social: partidos ajustados, jugadores internacionales y una velada que olía a champán y planes de futuro.

Fiesta de pádel en Bendinat: cuando el club se convierte en la plaza del pueblo

En la mañana del sábado el sol ya pegaba fuerte sobre los pinos del Bendinat Urban Country Club, y la pista se llenó como un pequeño día de mercado —solo con palas en lugar de bolsas de la compra. Unas 120 jugadoras y jugadores de varios países se desplazaron, familias se sentaron en las terrazas y por todas partes flotaba esa mezcla familiar de espresso, humo de la barbacoa y el canto de las cigarras. Durante un día el club fue más punto de encuentro que instalación deportiva.

Cinco categorías, muchas historias

Se jugó en cinco categorías, y los encuentros fueron tan ajustados que los aplausos resonaban largo tiempo por las instalaciones. En la máxima categoría masculina se impusieron Daniel Hansson y Javi Román, mientras que en la cuarta categoría Marvin Bonitz y Carlos Cidon se llevaron el trofeo. La quinta categoría masculina también ofreció sorpresas, y en femenino y mixto se peleó cada punto: Blanca Martín e Ignacio Freire ganaron la clasificación mixta, en mujeres triunfaron Rachel Angel y María Duval.

Entre los partidos se veía el habitual panóptico de la vida en la isla: padres que hacían fotos, conocidos que se abrazaban entre carcajadas y algunos jubilados que comentaban cada intercambio de bola. En las gradas se oía el tintinear de copas, de vez en cuando el pitido de un móvil —y siempre el golpe rítmico de las pelotas contra las paredes de cristal. La clínica Savios estuvo presente con sesiones de fisioterapia y salvó a más de un jugador para que aguantara hasta el siguiente partido.

Patrocinadores, regalos y una velada con estilo

Sin colaboradores, un evento de esta envergadura habría sido difícil de imaginar. Empresas locales e internacionales ofrecieron premios: cestas de productos regionales, vales de hotel y muebles que seguro obtendrán un lugar de honor en casa del ganador. Tras la entrega de trofeos el club invitó a un cóctel —caviar y champán hicieron de contrapunto a la parrilla en la terraza. Se palpaba que además del deporte, el networking tenía un papel importante. Con tono cercano agradecieron la participación Christer Hasson y Paula Serra, mientras Toni Calafell entregaba los trofeos.

Momentos locales que permanecen

Especialmente conmovedoras fueron las pequeñas escenas al margen: un jugador joven cuya alegría acabó en lágrimas al ganar por primera vez un gran torneo en Mallorca; una pareja de ancianos que animaba cada punto a voz en grito; niños que coleccionaban autógrafos como si fueran tesoros. Esos instantes hicieron el día muy mallorquín: cálido, algo ruidoso y lleno de vida. También las conversaciones al caer la noche —sobre tácticas, próximos torneos y la cuestión de si debería repetirse al año siguiente— demuestran que el cup fue más que un evento aislado.

Perspectiva: más pádel, más encuentros

Ya por la noche se oían planes de futuro: se baraja un segundo torneo, noticia animadora para la comunidad de pádel en la isla. Eventos así acercan a la gente, fomentan el comercio local y dejan huella en pequeños hoteles, bares y proveedores —desde el fisioterapeuta hasta la empresa de catering. Si la próxima vez las pistas vuelven a ser tan codiciadas, mi consejo para todos: inscribirse pronto y dedicar tiempo —para jugar, conversar y disfrutar de un espresso al sol de Bendinat.

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