Herbstmärkte auf Mallorca: Honig, Oliven und ländliche Gemütlichkeit

Mercados de otoño en Mallorca: miel, aceitunas y animales para acariciar el domingo

👁 3721✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

Feria de la miel en Llubí, fiesta de otoño en Es Capdellà y feria de la aceituna en Caimari: un domingo soleado lleno de delicias regionales, artesanía y actividades para niños.

Miel, aceitunas y bullicio del pueblo: tres mercados, un domingo

Si hoy quieres salir y no soportas el aburrimiento —bien—. En Mallorca este domingo todavía hay movimiento en varios lugares. Quien se levanta temprano ya huele a las 10 las primeras fragancias dulces en Llubí; más tarde atraen la fiesta rural de otoño en Es Capdellà y la feria de la aceituna en Caimari. No es un gran parque de atracciones, sino artesanía, sabor y algunos animales para acariciar para los niños.

Llubí: miel, jabones y pequeños dulces

La feria de la miel en la plaza del pueblo suele empezar sobre las 10. Puestos con distintas variedades, desde miel de castaño hasta la suave miel de flores, se alinean uno tras otro. Además hay jabones caseros, velas y caramelos —todo en una atmósfera acogedora, casi rural. Pequeño consejo: pide una degustación. Yo estuve a las 10:30, los rayos del sol se filtraban entre los plátanos y un apicultor me explicó por qué la miel este año es algo más oscura.

Es Capdellà: fiesta de otoño con zona de animales para acariciar

Para las familias, la fiesta en Es Capdellà es casi perfecta. Desde las 11 los niños corretean entre el castillo hinchable, los ponis y los puestos con especialidades de la isla. Hay repostería típica, embutidos y un rincón con quesos locales. Los animales para acariciar no son solo un atractivo para los pequeños: también los abuelos disfrutan viendo cómo la cabra come tranquilamente de la mano. El programa suele permanecer abierto hasta la tarde.

Caimari: aceitunas, aceite y tiempo para conversar

Quien prefiera probar aceitunas o interesarse por el aceite encontrará en Caimari mercados con demostraciones y catas. Productores experimentados cuentan cómo fue la cosecha, y a menudo hay pequeños talleres sobre la correcta conservación. Conocí a alguien que, al probar, me explicó en qué fijarse en un aceite verde —y no, no siempre huele igual.

Conclusión: sol, pequeños aromas a asado y canela, y gente que se toma un rato para conversar. Nada de prisas como en la ciudad, más bien un relajado domingo de pueblo. Lleva una chaqueta: por la noche refresca más de lo que crees. Y si compras algo, cómpralo directamente al productor. Sabe mejor, lo prometo.

Leído, investigado y reinterpretado para ti: Fuente

Noticias similares