Mery Perelló en una gala benéfica en Hong Kong con un vestido crema y un bolso llamativo con cierre en forma de cabeza de serpiente

Mery Perelló de regreso: glamour, caridad y un bolso que todos vieron

👁 8412✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

Tras el nacimiento de su segundo hijo, Mery Perelló reapareció en Hong Kong en una gala benéfica: discreta y elegante, con un accesorio llamativo y un compromiso serio de fondo que enorgullece a Mallorca.

Mery Perelló de regreso en la pista: glamour, caridad y un bolso que todos vieron

No siempre son los grandes titulares los que marcan el tono. A veces basta una noche en el vestíbulo de un hotel en Central, el brillo de las cámaras, el murmullo de los invitados — y una mujer que, tras una pausa por maternidad, vuelve a salir entre gente. Mery Perelló, la esposa de Rafa Nadal, fue precisamente esa imagen: serena, segura de sí, y a la vez nada discreta. Para nosotros en Mallorca es un pequeño acontecimiento. Aquí se conocen los nombres, las voces y el tenis que partió de la isla al mundo.

Un look que más susurra que grita

Perelló apareció con un vestido color crema, escote sin hombros y cintura ligeramente fruncida. Nada de drama de pasarela, más bien una calma mediterránea — tal como se esperaría en una tarde templada en el Passeig des Born: postura relajada, una copa sobre la mesa, el rumor del mar casi en el oído. Pelo suelto, maquillaje discreto. Quienes la conocen reconocieron el tono: comedido, pero pensado.

El tema de conversación de la noche fue, sin embargo, otra decisión: el llamativo bolso con un cierre en forma de cabeza de serpiente, fruto de una colaboración entre una casa de joyería italiana y un diseñador estadounidense. En el lugar se estimó el precio de lista en casi 4.000 euros — no un detalle menor para una velada benéfica, y por supuesto un imán para fotógrafos y comentarios por igual.

Más que apariencia: filantropía en el centro

Detrás del brillo había un núcleo serio. La gala unió a dos fundaciones que impulsan proyectos para niños y jóvenes. En breves y contundentes discursos se esbozaron nuevas iniciativas — una parte sobria pero eficaz de la noche. Estas reuniones no son solo citas para fotos; son redes, puentes de conversación y también una forma de poner en marcha donaciones. Para Mallorca es más que cosmética de famosos: es una señal de que personas con origen insular usan su visibilidad para causas.

Quien esa noche se tomó un paso atrás vio a una mujer que reajusta su papel. El nacimiento de su segundo hijo en agosto no la llevó al retiro, sino a otro equilibrio entre la familia y las obligaciones públicas — y eso se notó en su presencia: sólida, nada impostada.

En Palma, en días soleados, los cafés del Mercat de l'Olivar se llenan de gente que comenta estas imágenes. Algunos sonrieron al oír del bolso; otros se mostraron satisfechos de que la filantropía estuviera en el centro. La mezcla de moda y propósito provoca preguntas: ¿es inapropiado un bolso de diseño en una gala benéfica? ¿O puede incluso ayudar a atraer atención? En las pequeñas charlas de la plaza se ve a menudo de forma pragmática: la visibilidad genera donaciones.

Un pequeño detalle desde Hong Kong que encaja con Mallorca: los conserjes del vestíbulo conocían cada mascarilla de los invitados, y los fotógrafos bromeaban diciendo que un bolso obtuvo más aplausos que algunos oradores — así es la vida entre bastidores.

Lo que Mallorca saca de ello

La imagen de una mallorquina en la esfera internacional siempre repercute. Recuerda las conexiones que van más allá de la isla — familias, redes, compromiso. La aparición de Perelló demuestra que la influencia puede usarse en varias direcciones. Ya sea para fundaciones locales, proyectos juveniles o cooperaciones internacionales — la idea de emplear esa visibilidad para algo con sentido sigue siendo central.

Y sí: también se puede admirar un poco la moda. Un bolso no va a cambiar el mundo. Pero si provoca conversaciones, genera fotos y, con ello, atrae la atención sobre una causa, entonces ha cumplido su propósito. Al final de una noche en Central como en Palma importa que se haya movido algo — un paso, una promesa de donación, un nuevo proyecto. Pequeñas cosas que en muchos pasos forman algo mayor.

Para la isla significa: orgullo por nombres conocidos que asumen responsabilidades — y el recuerdo de que detrás del glamour suele haber trabajo serio. Las próximas tardes templadas en Portixol o en el Passeig no serán distintas: se habla, se debate, y a veces el compromiso empieza justo donde menos se espera.

Noticias similares