Mapa propuesto del trazado ferroviario entre Palma y Calvià sobre un plano urbano

Nueva conexión ferroviaria Palma–Calvià: ¿esperanza o un costoso proyecto monumental?

👁 9412✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

El Govern balear planea una conexión ferroviaria desde Palma, pasando por Son Espases, hasta Calvià. Un estudio de viabilidad deberá aclararlo a principios de 2026. Un vistazo a las oportunidades, riesgos y a lo que la gente del lugar realmente necesita.

Nueva conexión ferroviaria Palma–Calvià: ¿esperanza o una obra a largo plazo?

En el puerto huele a mar, por la Avinguda Antoni Maura pita una furgoneta —y en las oficinas del Govern balear hay ahora un mapa con una línea de tren dibujada. Está previsto un trazado desde Palma, pasando por el hospital Son Espases, hasta Calvià, con ideas sobre una posible prolongación hasta Peguera o incluso Andratx. El primer obstáculo: un estudio de viabilidad, cuyos resultados se anuncian para principios de 2026.

¿Qué hay detrás de la idea?

En pocas palabras: alivio. En verano las carreteras costeras están a menudo como una orquesta de cláxones —pitidos en lugar de ruido de olas. Un tren podría ofrecer una alternativa a quienes se desplazan a diario, a visitantes de la clínica y a turistas. Menos coches también significa menos emisiones en barrios donde el aire pesa en los días de calor. Para muchos suena plausible; para otros es un sueño lejano con cuentas dudosas.

Las preguntas abiertas

El estudio debe verificar técnicamente: terrenos, túneles o trazados por zonas ya edificadas, ruido, ubicación de estaciones. Pero esos son solo los puntos evidentes. Los costes son críticos —no solo la construcción, sino mantenimiento, personal y subvenciones. ¿Quién paga los billetes si el uso queda por debajo de las previsiones? ¿Y cómo afectará una gran obra al turismo y a los vecinos si durante meses excavadoras y camiones bloquean las calles?

Otro asunto es la integración: ¿cómo encaja la nueva línea en el transporte metropolitano existente? Sin un sistema de transbordo atractivo y con horarios coherentes, los trenes pueden quedarse medio vacíos. También hay que planificar desde el principio aparcamientos Park & Ride, plazas para bicicletas y conexiones de autobús.

Lo que dice la gente

Las opiniones en Calvià y Palma están divididas. Una mujer de Portals Nous celebra menos tráfico los domingos por la mañana; un joven padre en Son Ferrer teme las molestias de las obras y posibles expropiaciones. En el mercado semanal se escuchan ambas cosas: una necesidad central de mejores conexiones y desconfianza frente a promesas llamativas. Es típico en Mallorca: deseos pragmáticos mezclados con escepticismo cuando los proyectos son grandes y caros.

Aspectos poco considerados

Un punto que suele quedar corto: la regulación fina de la demanda. ¿Realmente usarán la gente el tren para ir a la clínica o la playa si la cadencia es incómoda? ¿Hay suficiente personal para operar a primera hora de la mañana y tarde en la noche? ¿Y cómo organizar las obras para que los meses de verano —cuando las carreteras ya están saturadas— no se conviertan en un caos total?

También las consecuencias ecológicas son ambiguas. Aunque el transporte ferroviario suele reducir emisiones por pasajero, las fases de construcción destruyen hábitats locales, se levantan nubes de polvo y las máquinas pesadas afectan pequeños ecosistemas junto al trazado. Todo ello debe sopesarse con transparencia.

Propuestas concretas en lugar de cartas a los Reyes

Si el Govern va en serio con la prioridad del proyecto, hacen falta decisiones abiertas:

1. Planificar por fases: Primero una línea base hasta Calvià con hitos claros. Solo si se demuestra la demanda, contemplar prolongaciones.

2. Nudos multimodales: Diseñar estaciones para que autobuses, bicicletas y carsharing conecten sin fricciones —menos barreras de trasbordo aumentan la atracción.

3. Mezcla de financiación: Fondos de la UE, recursos regionales y un modelo de billetes realista. Sin suposiciones milagrosas sobre el número de viajeros.

4. Planificación de obra transparente: Protección frente al ruido y al polvo, cortes temporales en temporada alta y reglas claras de compensación para los afectados.

Mirando hacia adelante

Las campanas de Sant Miquel suenan, el viento trae olor a pino —Mallorca cambia constantemente. Una línea férrea de Palma a Calvià puede ser algo más que un proyecto de prestigio: una oportunidad para hacer la vida cotidiana menos estresante. Pero todo depende de los detalles: cifras honestas, un cronograma realista y la participación real de la gente local. El estudio de viabilidad de principios de 2026 solo será más que papel si después vienen coraje político y buena planificación.

Hasta entonces queda tiempo para debatir en el mercado, con un café en el Passeig Mallorca y entre Son Espases y el mar —y para preguntarse si Mallorca está dispuesta a soportar obras a corto plazo para lograr una mejor movilidad a largo plazo.

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