Once empresarios de las Baleares entre los 100 más ricos de España

Once empresarios de las Baleares entre los 100 más ricos de España

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La nueva lista de Forbes muestra: las familias empresarias de Mallorca vuelven a estar fuertemente representadas. Un vistazo a los nombres, los sectores y lo que esto significa para la isla.

Las Baleares tienen peso económico – al menos en la lista de Forbes

La semana pasada una conocida lista económica volvió a ser tema de conversación en los cafés del Passeig y en la Costa: once personas con raíces en las Baleares entran en el listado de las 100 personas más ricas de España. Suena a titular de barra de bar, pero detrás hay empresas familiares reales, hoteles y bancos que generan empleos e historias en la isla.

¿Quién encabeza la representación isleña?

Encabeza la lista en las Baleares, una vez más, Miquel Fluxà, el hombre detrás del grupo Iberostar. Con un patrimonio estimado de unos 3.300 millones de euros se sitúa claramente por delante de muchos otros isleños, y según la estimación unos 1.300 millones de euros por encima del año anterior. Aun así, en el conjunto de España el primer puesto sigue siendo para el fundador textil Amancio Ortega.

Banco, hoteles y empresas familiares

En el puesto 17 del ranking nacional aparece Carlos March Delgado de Banca March, seguido de cerca por miembros de su familia. Otra tendencia clara: son sobre todo dinastías tradicionales del turismo las que llevan a Mallorca a la lista nacional de los más ricos. Nombres como Carmen y Luis Riu, Simón Pedro Barceló, Isabel García Lorca (Grupo Piñero), Gabriel Escarrer Jaume (Meliá) y Abel Matutes (Palladium Hotel Group) representan hoteles, resorts y décadas de actividad empresarial en la isla.

¿Qué significa esto para Mallorca?

Para muchos locales estas cifras son más tema de conversación que realidad cotidiana. En Port de Sóller o en la panadería de Santanyí se oye: claro, son ricos, pero lo que importa es si las familias invierten aquí, crean puestos de trabajo o participan en proyectos locales. A veces son pequeñas cosas: la rehabilitación de un edificio en el casco antiguo, un patrocinio para la fiesta del pueblo o nuevos proyectos hoteleros que generan empleo —y en ocasiones también controversia por obras.

La lista refleja además la estructura de la economía mallorquina: el turismo y la hostelería siguen dominando, y la banca tradicional continúa siendo una columna visible. Si se pasea por Palma se ven las huellas de estas empresas: hoteles cuidados, sedes administrativas y, de vez en cuando, fundaciones generosas.

Una conclusión desde la perspectiva local

Si uno celebra estos puestos en Forbes o los comenta con un encogimiento de hombros depende de cada cual. Lo cierto es que once entradas en el top 100 muestran que las Baleares no son solo idilio vacacional, sino también centros de poder económico con influencia. Para la isla esto supone oportunidades —y retos. Más empleo, más inversiones, pero también debates sobre sostenibilidad, planificación territorial y la distribución de la riqueza. Y sí: en noviembre, cuando sopla la tramontana y el café está un poco más lleno, estos temas seguro volverán a surgir más de una vez.

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