Fachada de un edificio en Llevant donde se ofrecen apartamentos turísticos ilegales

Palma actúa: más de 300.000 euros en multas contra apartamentos turísticos ilegales en Llevant

👁 3420✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

En Palma, el Consell ha impuesto multas de más de 300.000 euros contra varios apartamentos alquilados ilegalmente en Llevant. La medida aborda un problema acuciante, pero ¿son suficientes solo las sanciones para calmar el mercado de la vivienda?

Palma intensifica el control: sanciones en lugar de curar el síntoma

Si se pasea una tarde templada por Llevant – el chillido de las gaviotas sobre el puerto, voces en español, alemán e inglés, el tintinear de tazas de espresso en las terrazas – muchas cosas parecen normales. Pero tras algunas puertas se cuentan otras historias: habitaciones que se alquilan por días o semanas a turistas, sin número de registro válido, sin las altas y bajas exigidas por la ley. La consecuencia: el Consell ha impuesto multas por un importe superior a 300.000 euros.

Pregunta clave: ¿detienen las sanciones el problema o solo el síntoma?

La cuestión central es sencilla: ¿aportan medidas coercitivas como las aplicadas ahora en Llevant un alivio duradero a la escasez de vivienda, o solo trasladan el problema? Las inspecciones se centraron en un edificio de varias viviendas donde varios apartamentos se ofrecían sistemáticamente en plataformas de reserva. Indicios de documentación ausente, irregularidades en los registros y cambios de huéspedes atípicos llevaron a las autoridades a actuar. Muchas unidades afectadas están ahora vacías o han sido retiradas de los portales.

Análisis: por qué las multas no bastan

Las multas tienen un efecto disuasorio, esa es la intención. Pero las causas profundas permanecen: propietarios que alquilan a turistas a corto plazo suelen obtener ingresos muy superiores a los de un contrato de larga duración. Eso reduce la oferta para residentes permanentes, empuja los alquileres al alza – especialmente en barrios como Llevant – y altera la mezcla de población. Familias, jubilados y jóvenes profesionales lo notan claramente.

Otro punto, menos debatido: el papel de las plataformas internacionales y de los intermediarios profesionales. Cuando los apartamentos se gestionan de forma centralizada, se organizan rondas de llaves fuera de la isla y los anuncios se generan automáticamente, la aplicación de la ley resulta más difícil. Además, hay casos en que los propietarios residen en el extranjero y les importan poco los asuntos locales, un factor que complica las inspecciones.

Qué dicen los vecinos

Una vecina que lleva diez años viviendo en Llevant lo resume así: «Antes no se sabía quién vivía ahí. Desde la pandemia ha empeorado, muchas viviendas cambian constantemente de huéspedes.» En la Plaça hay, en cambio, una esperanza cauta: un dueño de un café comentaba de regreso, entre el ruido de platos y el aroma del café recién tostado: «Bien que por fin haya consecuencias, pero necesitamos soluciones a largo plazo para vivienda asequible.»

Oportunidades concretas y propuestas de solución

Las inspecciones son necesarias, pero deberían formar parte de un paquete más amplio de medidas. Algunas propuestas concretas:

1. Registro transparente y cruces digitales: Una lista centralizada y de acceso público de viviendas turísticas legalmente registradas facilitaría las inspecciones y a los viajeros comprobar antes de reservar. Interfaces digitales con las plataformas de reserva podrían permitir cruces automatizados.

2. Sanciones y incentivos: Además de las multas, podrían ofrecerse incentivos fiscales a propietarios que pasen al alquiler de larga duración. También serían útiles plazos y obligaciones de adaptación en lugar de solo sanciones inmediatas.

3. Gestión local en vez de alquiler a distancia: Normas que exijan un responsable local (gestor con sede en la isla) aclararían responsabilidades y agilizarían la resolución de reclamaciones.

4. Vivienda social y reconversión: Programas municipales para convertir apartamentos turísticos vacíos en vivienda asequible podrían aliviar la situación a largo plazo, acompañados de subvenciones para modernización y mantenimiento.

Consejo práctico para turistas y vecinos

Quien quiera reservar una vivienda turística debería pedir antes el número de registro y comprobarlo en el ayuntamiento. Los vecinos que detecten irregularidades – como cambios constantes de huéspedes o falta de un interlocutor local – pueden denunciar las infracciones. Estas pistas suelen ser el inicio de las actuaciones de control.

Conclusión: controles estrictos como punto de partida

Las multas en Llevant envían una señal clara: Palma no tolerará más el alquiler turístico ilegal. Pero sin medidas complementarias – transparencia digital, incentivos para el alquiler de larga duración, responsables locales y más oferta de vivienda social – la esperanza sigue siendo frágil. En la Plaça, bajo el zumbido de los aires acondicionados y el murmullo de las voces, la gente pide sobre todo una cosa: vivienda que puedan permitirse. Los controles son necesarios, pero deben ir acompañados para que el barrio sea habitable no solo para turistas, sino también para quienes viven aquí.

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