Entre Portixol-Molinar y La Vileta/Son Rapinya, con la misma superficie de vivienda, hay cientos de miles de euros de diferencia. Por qué ocurre y quién se beneficia.
Palma: mismos metros cuadrados, gran brecha de precios
En Palma se nota al pasear: a una calle de distancia puede evaluarse de manera completamente diferente un mismo piso de 90 metros cuadrados. Los datos del segundo trimestre de 2025 muestran claramente cuán desiguale es el mercado aquí. Mientras las Baleares, en promedio, están alrededor de 396.573 euros por vivienda, el promedio a nivel de España es de aproximadamente 226.226 euros. Eso ya dice mucho sobre la situación.
La vista al mar vence la cercanía al colegio
Un ejemplo que surge en muchas conversaciones en cafés o en el muelle: Portixol-Molinar. Aquí los precios rondan los 7.364 euros por metro cuadrado. Si lo calculas, una vivienda de 90 m² costaría alrededor de 662.760 euros. No es una ganga, pero tampoco es una sorpresa si piensas en el paseo marítimo, el olor a barco y la vista a la bahía. La zona registró recientemente un incremento de aproximadamente 6,1 por ciento en comparación con el año anterior.
Barrio familiar con una etiqueta de precio significativamente más baja
Al otro lado se encuentran barrios como La Vileta o Son Rapinya. Aquí los precios por metro cuadrado están alrededor de 4.179 euros, es decir, alrededor de 376.110 euros por los mismos 90 metros cuadrados. Curiosamente, los precios allí crecieron más — casi 14,3 por ciento en comparación con el año anterior. Calles tranquilas, escuelas, un entorno más verde: eso atrae a las familias, aunque no haya vista al mar.
¿Qué significa esto para compradores y residentes?
Para los posibles compradores significa sobre todo una cosa: la ubicación manda. Algunos pagan por señales como "cerca del centro" o "acceso directo a la playa" claramente. Otros ven en barrios como La Vileta una oportunidad para obtener más espacio por el dinero y, al mismo tiempo, cercanía a escuelas y tiendas pequeñas. Y mientras los inversores siguen buscando rendimiento, los residentes a menudo sienten la cara negativa: alquileres en aumento, presión sobre vecindarios asentados.
A menudo camino por aquí: por la mañana en el Paseo, por la tarde en el mercado. Y una y otra vez oigo la misma frase: "Antes se conocía a los vecinos, hoy la puerta cuesta más que la vida." Los números explican las diferencias. Pero la ciudad cuenta las historias que hay detrás: gentrificación, instituciones educativas, microclima y, muy sencillo: vistas o no vistas.
Conclusión rápida: Quien compra en Palma no compra solo metros cuadrados. Compra un trozo de ciudad, con todas las virtudes y tensiones que ello implica.
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