Peter Klein: Vom Handwerker zur Bühne – ein Neuanfang auf Mallorca

Entre pincel y micrófono: Peter Klein construye su segunda vida en Mallorca

👁 2157✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

El conocido exconcursante de reality de 58 años de Ludwigshafen sigue trabajando como pintor, pero cada vez se muestra más como cantante: un ejemplo de reinicio y pragmatismo isleño.

Entre pincel y micrófono: Peter Klein construye su segunda vida en Mallorca

De la obra al escenario — y aun con los pies en Llucmajor

Es un otoño tardío templado en la Playa de Palma, hay una ligera brisa, las olas vienen suaves y en el Ballermann aún flota el olor a sal marina. Allí, cerca del Balneario 7, Peter Klein está sentado con un Americano en el Münchner Kindl y se muestra relajado. El hombre de 58 años ha ampliado su espacio de trabajo en los últimos años: junto al oficio, el escenario ocupa cada vez más protagonismo.

Como pintor y barnizador formado, Klein sigue ganándose la vida con espátula, pincel y pistola de pintura. Su rutina como artesano se concentra en los meses de invierno, cuando muchos propietarios no están en sus casas y se realizan reformas. Para él esto crea un ritmo claro: en verano más en el escenario, en otoño e invierno en la obra.

El paso hacia la música llegó tarde, pero no sorprendió: hace aproximadamente un año Klein empezó a mostrarse como cantante en Mallorca. La primera temporada trajo algunas apariciones; un año después el calendario tenía muchos más compromisos. Su objetivo es ambicioso: tocar mucho más durante una temporada y a medio plazo actuar también en escenarios de mayor relevancia.

En la isla funciona bien esta mezcla de oficio y entretenimiento. Mallorca no es solo fiestas y puertos relucientes, sino también un lugar para quienes quieren reinventarse. Klein demuestra que aquí, con experiencia y trabajo, se pueden combinar varios proyectos de vida: servir a propietarios, actuar para turistas y fiesteros, y de paso trabajar en el estudio — pronto hará una grabación con un sello local.

En lo personal, Klein ha encontrado una base en Llucmajor: un municipio insular con buena conexión al aeropuerto y distancias cortas hasta las tiendas de bricolaje. Eso es útil para un artesano y práctico para quien viaja con frecuencia entre la isla y la península. Al mismo tiempo vive un poco la cotidianidad insular, que valora menos el espectáculo y más la vecindad sin complicaciones.

La reorientación personal también incluye decisiones privadas: tras el divorcio del año pasado, Klein tiene una nueva relación, pero mantiene una relación a distancia y pone cuidado en no precipitarse. Rituales cotidianos como ir al gimnasio seis veces por semana y tomar el café en un lugar conocido forman parte de su equilibrio entre escenario y obra.

¿Qué significa eso para Mallorca? Historias así son útiles: muestran que la isla tiene espacio para distintos modelos de vida. Artistas, artesanos, autónomos: todos aportan al tejido económico y cultural. Cuando un trabajador local encuentra público por la noche, genera ingresos y diversidad en temporada baja, cuando habitualmente hay menos actividad.

Es palpable y práctico: más fechas de música en vivo estabilizan bares y salas pequeñas, grabaciones adicionales apoyan a sellos y técnicos regionales, y la clientela habitual en las obras se beneficia de una estructura de trabajo flexible. Klein no piensa todavía en dejar el pincel para siempre; la música debe complementar, no sustituir.

La pequeña escena del Ballermann, los talleres de Llucmajor, los gimnasios y cafés: todos son lugares donde uno encuentra a personas que se reorientan. Peter Klein es un ejemplo de perseverancia y adaptación. Su plan de tocar más y grabar nuevas canciones no es un fin en sí mismo, sino una respuesta práctica al envejecimiento y a la necesidad de combinar ingresos y alegría de vivir.

Quienes aprecian esa mezcla encuentran en Mallorca espacio para probar. Para Klein eso significa: seguir aceptando encargos, renovar en invierno, cantar en verano y mantener su sitio en la isla. No un gran final de espectáculo, sino un proyecto paso a paso — y eso encaja con la isla, que oscila entre el bullicio turístico y la realidad cotidiana.

Perspectiva: Una nueva canción en el estudio, más pequeñas actuaciones y el equilibrio entre trabajo y amor: ese es el plan con el que Klein hace crecer su segunda profesión. Para Mallorca es una invitación: dar espacio a personas que aportan su experiencia en varios ámbitos y así activan la isla durante todo el año.

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