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Las gafas de realidad virtual deberían facilitar la quimioterapia a pacientes con cáncer en Inca

Las gafas de realidad virtual deberían facilitar la quimioterapia a pacientes con cáncer en Inca

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En el hospital de Inca, médicos y enfermeras están probando gafas de realidad virtual que muestran breves vídeos de relajación. Los primeros usuarios reportan menos miedo y que el tiempo parece pasar más rápido.

Una pequeña sala, gran impacto

Antes de la sala de tratamiento del hospital de Inca huele a café recién hecho, fuera de vez en cuando suena la bocina de un taxista. Aquí, desde hace poco, se usan gafas de realidad virtual durante las quimioterapias. No es un espectáculo futurista, sino una ayuda práctica: los pacientes se ponen las gafas durante 30 minutos y ven secuencias de relajación guiadas – playas, cantos de ballenas, paseos por el bosque o una suave guía de respiración.

¿Cómo funciona la nueva terapia complementaria?

En el registro, la enfermera pregunta brevemente si hay mareo o náuseas fuertes. Luego se ajustan las gafas, se colocan los auriculares, y empieza. Las sesiones suelen durar exactamente 30 minutos, paralelas a las infusiones. Toni, uno de los cuidadores, dice: “Se nota de inmediato cómo se afloja la tensión. Algunas pacientes sonríen de pronto, aunque antes estaban muy calladas.”

Primeros resultados y palabras sinceras

Las observaciones iniciales son positivas: muchos reportan menos miedo al tratamiento, algunos dicen que el tiempo pasa más rápido. La doctora Clara Gómez, que acompaña el proyecto, enfatiza que se trata de medidas de apoyo — no sustituyen analgésicos ni atención psicológica: “Ayuda a reducir el estrés y a hacer que el tratamiento sea más agradable.”

No todos pueden usar las gafas: a algunos pacientes les aparece leve náusea o mareo. Entonces la sesión se interrumpe de inmediato. El equipo en Inca documenta estos casos con precisión para adaptar mejor su uso.

¿Quién está detrás y cómo continuará?

Los dispositivos fueron adquiridos con el apoyo de una pequeña fundación local; las formaciones para el personal de enfermería tuvieron lugar la semana pasada. Se planea una expansión: si los números se mantienen estables, podrían seguir más departamentos y hospitales más pequeños en la isla. Además, están planificados estudios más largos para demostrar los efectos de forma científica.

Un consuelo sencillo en horas difíciles

Al final queda una observación simple: en una sala de tratamiento desierta, un sueño de 30 minutos de mar o bosque puede devolver un poco de normalidad. Una paciente, que prefiere permanecer en el anonimato, dice: “Tengo la sensación de que las agujas ya no son el centro de mi día.” Pequeñas cosas, gran diferencia — y en Inca están intentando precisamente eso: aliviar de forma tangible a los pacientes.

Importante: la RV es un complemento, no una panacea. Si alguien tiene preguntas, puede dirigirse a la recepción de pacientes del Hospital de Inca o preguntar en el próximo tratamiento.

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