Dos destinos costeros en reforma: trabajos de invierno en Port d'Alcúdia y Colonia de Sant Jordi

¿Letargo invernal? No para las excavadoras

Cuando en los cafés a lo largo del paseo las sillas permanecen volteadas y las montañas de hamacas de los arrendadores reposan en silencio, en Mallorca entran en funcionamiento las máquinas de obra. Esta vez es el turno de dos de los destinos vacacionales más conocidos: Port d'Alcúdia en el norte y Colonia de Sant Jordi en el sureste.

Port d'Alcúdia: paseo marítimo, árboles y vigilancia

En Port d'Alcúdia la prioridad es el paseo marítimo. Las viejas superficies de asfalto, que en algunos tramos parecían parchadas y levantadas, se van a renovar. Vecinos en el lugar indican que los trabajos deberían comenzar a mediados de noviembre: temprano por la mañana, con la llegada de los primeros camiones de suministro, y normalmente en días laborables hasta entrada la tarde.

Además, las autoridades planean reponer alrededor de 50 árboles. No es mala idea: sombra para los meses cálidos y una imagen más agradable para los paseantes. Al mismo tiempo se instalarán en algunos puntos cámaras capaces de captar matrículas. Eso genera reacciones encontradas: quien valora la tranquilidad lo ve con recelo; quien sufre por coches mal aparcados asiente.

Colonia de Sant Jordi: nuevas aceras y farolas

De forma diferente, pero igual de exhaustiva, se actúa en Colonia de Sant Jordi. La calle Gabriel Roca recibirá una nueva capa de rodadura. Las obras están previstas para unos cuatro meses y el presupuesto ronda algo más de 400.000 euros. No es una cantidad pequeña, pero para un municipio costero muy frecuentado en verano resulta importante mantener las vías en buen estado.

Importante para los peatones: las aceras se ampliarán hasta unos 2,25 metros. Parece una cifra pequeña, pero en la práctica supone una mejora real de la comodidad, especialmente para familias con cochecitos, ciclistas y visitantes mayores. Nuevas farolas harán las noches más seguras y modernizarán el aspecto del pueblo.

¿Por qué precisamente ahora?

Muy sencillo: la pausa turística. En invierno hay menos gente, comercios que cierran temporalmente y las obras apenas alteran la vida diaria de la mayoría. Ayuntamientos y la autoridad portuaria aprovechan este tiempo para ejecutar trabajos molestos sin mayores inconvenientes para visitantes y comercios. Con aire claro, mañanas frescas y tardes a menudo soleadas se trabaja mejor, dicen los responsables de las obras.

Lo que dicen los residentes

Un propietario de un café en la Colonia comenta que es mejor hacerlo ahora que en plena temporada: "Un poco de ruido lo acepto si después hay más espacio en la acera". Otros son más escépticos y esperan horarios de protección contra el ruido y operaciones de obra limpias. El tono sigue siendo pragmático: Mallorca vive del turismo — y de una infraestructura que funcione.

Información práctica

Quienes viajen en los próximos meses o residan en la isla: esperen desvíos, cortes temporales y jornadas de trabajo en días laborables. Muchas actuaciones, no obstante, deberían estar terminadas antes de la próxima temporada alta — ese es el objetivo. En resumen: ahora hace ruido para que luego funcione mejor.